El 90% de los casos se podrían
evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo de
vida saludable
Cada año casi 120.000 personas sufren
un ictus en España, de los cuales la mitad quedan con
secuelas discapacitantes o fallecen y, aunque, en los últimos 20 años, la
mortalidad y discapacidad ha disminuido, se espera que en los próximos 25 años
su incidencia se incrementará un 27%, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Según
la sociedad médica, el ictus es la segunda causa de
muerte en España, la primera en el caso de las mujeres, y
también la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto, además
actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad
funcional.
"Un
ictus es un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede
ser producido por oclusión arterial (el 85%
de los casos) o por hemorragia (el
15%)", explica la doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo
de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de
Neurología.
"Puesto que el cerebro necesita un aporte
constante de oxígeno y nutrientes, que
le llegan a través de la circulación sanguínea, el daño cerebral que produce un
ictus depende en gran medida del tiempo en el que dura este trastorno y de la
zona que se haya visto afectada. Por lo tanto, saber identificar los síntomas
para acudir cuanto antes al hospital, puede ayudar mejorar significativamente
el pronóstico de esta enfermedad", añade.
La edad, factor de riesgo
La
edad es otro factor de riesgo, ya que la incidencia del ictus aumenta
considerablemente a partir de los 60-65 años: un 5% de los mayores de 65 años
de nuestro país han tenido un ictus. No obstante, el ictus, puede aparecer a
cualquier edad: un 0,5% de todos los ictus se producen en personas menores de
20 años. Además, en los últimos 20 años ha aumentado un 25% el número de casos
de ictus entre las personas de 20 a 64 años.
La SEN
destaca que por comunidades autónomas, Andalucía es
la que más casos registra al año (21.000), le sigue Catalunya (18.500), Madrid
y Valenciana (11.500), Galicia (7.000), Castilla y León (6.000), Castilla-La
Mancha (5.200), País Vasco (5.000), Baleares y Canarias (3.500), Aragón y
Murcia (3.300), Asturias (3.000), Extremadura (2.600), Navarra (1.200),
Cantabria (1.000), La Rioja (750) y las ciudades de Ceuta y Melilla (200).
Los síntomas
Teniendo
en cuenta que por cada minuto en el que una persona sufre detención o
disminución de la circulación de sangre en el cerebro se pierden 1,9
millones de neuronas y 14 billones de conexiones
neuronales, y que una hora supone un envejecimiento cerebral
de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas, el
ictus es siempre una urgencia médica. Por
ello, ante los primeros síntomas de ictus debe llamarse
inmediatamente al 112 y no trasladar al paciente por
medios propios al hospital o al centro de salud.
Los
síntomas del ictus generalmente se producen de forma brusca e inesperada y,
aunque su tipología depende del área del cerebro que se vea afectada. Los
síntomas más comunes son la alteración brusca en el lenguaje, con dificultades
para hablar o entender; y la pérdida brusca de fuerza
o sensibilidad en una parte del cuerpo, que generalmente
afecta a una mitad del cuerpo y
se manifiesta sobre todo en la cara y en las extremidades.
Por
otro lado, la alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un
ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro
campo visual; la pérdida brusca de coordinación o equilibrio y el dolor
de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de
cabeza habituales.
"La
gran mayoría de los pacientes que sufren un ictus suelen presentar una combinación
de varios de estos síntomas. No obstante, con solo experimentar
uno de ellos, ya es motivo de urgencia", señala añade la doctora Alonso de
Leciñana, quien advierte de que "una de las claves para el éxito en la
atención del ictus es la rapidez con la que se detectan sus síntomas iniciales
y se contacta con el sistema de emergencias. La otra, sin duda, es la
prevención".
Y es
que, el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención
que pasa por la corrección y tratamiento de los factores de riesgo
modificables: hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia,
tabaquismo, obesidad, vida
sedentaria, consumo de alcohol, terapias
hormonales y enfermedades cardiacas previas.
Prevención
"Generar
el hábito de control de la tensión arterial, el peso, de la cintura abdominal y
llevar a cabo un estilo de vida sano, que pasa por el abandono del tabaco y el
consumo moderado de alcohol, reducir peso, hacer ejercicio y reducir la sal en
las comidas, serían los principales consejos",
afirma.
"En
todo caso, cuando hablamos de prevención hablamos tanto de llevar a cabo
medidas para prevenir esta enfermedad en personas que no lo han sufrido hasta
el momento, mediante hábitos de vida saludables, como para evitar que el ictus
se repita. No hay olvidar que el hecho de haber sufrido un ictus, es un factor
de riesgo para poder sufrir un segundo. Por lo tanto, estas personas, deben
seguir un tratamiento farmacológico adecuado".
Fuente:
https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20171026/cada-ano-cerca-de-120000-personas-sufren-un-ictus-en-espana-6381361
OBSERVACIÓN: El contenido de la información ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias
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