10/04/2019 ● Redacción / NCYT
Unos científicos han
logrado disminuir el tamaño de lesiones provocadas por isquemia cerebral en el
cerebro de ratones mediante la aplicación de células madre. Esas células madre
mesenquimales se encontraban en un soporte elaborado con un material que no sólo
permitió su supervivencia y su multiplicación, sino que también impidió que
migrasen hacia otras áreas del cerebro, como es común que ocurra cuando se
implantan directamente en la lesión.
Lo que marcó la diferencia fue el uso de un material biocompatible que al cabo de unos meses, con el área cerebral en gran medida recuperada, es totalmente absorbido por el cuerpo. La fibra que desarrollaron es de un polímero orgánico, el ácido poliláctico. Las células madre mesenquimales se extrajeron de la médula ósea de ratones, se cultivaron en placa de Petri y luego se depositaron en el material. Cuando ese material con las células madre mesenquimales se implantó en un cerebro lesionado, la lesión se redujo a un tercio del tamaño que tendría de no haberse efectuado la intervención.
Las fibras con las células madre fueron dispuestas sobre la lesión y se les realizó un seguimiento durante 30 días. Los investigadores observaron que producían mayor cantidad de una citocina denominada CXCL12, que atrae a las células hacia la zona. Asimismo, producían también más proteínas conocidas como integrinas, que hacen que las células madre se adhieran al área donde se encuentran. Según los autores, es como si las células madre mesenquimales estuviesen produciendo un ambiente apropiado para quedarse.
Lo que marcó la diferencia fue el uso de un material biocompatible que al cabo de unos meses, con el área cerebral en gran medida recuperada, es totalmente absorbido por el cuerpo. La fibra que desarrollaron es de un polímero orgánico, el ácido poliláctico. Las células madre mesenquimales se extrajeron de la médula ósea de ratones, se cultivaron en placa de Petri y luego se depositaron en el material. Cuando ese material con las células madre mesenquimales se implantó en un cerebro lesionado, la lesión se redujo a un tercio del tamaño que tendría de no haberse efectuado la intervención.
Las fibras con las células madre fueron dispuestas sobre la lesión y se les realizó un seguimiento durante 30 días. Los investigadores observaron que producían mayor cantidad de una citocina denominada CXCL12, que atrae a las células hacia la zona. Asimismo, producían también más proteínas conocidas como integrinas, que hacen que las células madre se adhieran al área donde se encuentran. Según los autores, es como si las células madre mesenquimales estuviesen produciendo un ambiente apropiado para quedarse.
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