El Hospital de Salamanca recibe todos los días una media de dos o tres pacientes con ictus.
No es de ahora. Esto viene pasando desde muchos años antes de que existiera la covid. Pero ¿qué sucede si uno de estos 1.000 casos anuales llega al hospital, y al revisar su historia clínica figura que ha sido vacunado?
Esta es, más o menos, la conclusión a la que han llegado en la Agencia Europea del Medicamento: hasta ahora no se están registrando más trombos en las personas vacunadas que entre las personas que todavía están esperando su turno.
Nadie dice que es imposible que una vacuna pueda causar trombos. Nadie lo dice porque sería negar la evidencia. Hasta los propios fabricantes han reconocido y publicado posibles efectos adversos de carácter sanguíneo, pero el porcentaje de riesgo es pequeñísimo. Era pequeño cuando se realizaron los ensayos clínicos con cerca de 60.000 personas, y se ha reducido todavía más después de administrar 18 millones de dosis en Europa.
En una escala de riesgos de sufrir un trombo, atendiendo a los datos estadísticos, vacunarse contra la covid estaría en la parte de abajo. En la zona media figuraría el consumo de píldoras anticonceptivas, por ejemplo, y en la cúspide del riesgo estaría la propia covid: en torno al 25% de los pacientes con coronavirus que pasan una estancia en la UCI desarrollan algún tipo de trombo. Fíjense si merece la pena vacunarse: evita que te mueras a causa del coronavirus y evita que sufras un trombo como consecuencia de haber contraído el coronavirus.
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https://www.lagacetadesalamanca.es/opinion/el-dano-ya-esta-hecho-NJ6874719
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