• Introducción
• ¿Qué es la
rehabilitación posterior al ataque cerebral?
• ¿Qué
discapacidades resultan de un ataque cerebral?
• ¿Qué
profesionales médicos se especializan en la rehabilitación posterior al ataque
cerebral?
• ¿Cuándo puede un
paciente con ataque cerebral comenzar la rehabilitación?
• ¿Dónde puede un
paciente con ataque cerebral obtener rehabilitación?
• ¿Qué
investigación se está realizando?
• ¿Dónde puedo
obtener más información?
Introducción
En los Estados
Unidos, más de 700000 personas sufren de ataque cerebral* cada año, y
aproximadamente dos tercios de estos sobreviven y requieren de rehabilitación.
Las metas de la rehabilitación son ayudar a los sobrevivientes a volverse tan
independientes como sea posible y a lograr la mejor calidad de vida posible.
Aunque la rehabilitación no “cura” los efectos del ataque cerebral ya que no
revierte el daño cerebral, la rehabilitación puede sustancialmente ayudar a las
personas a alcanzar el mejor resultado posible a largo plazo.
* Un ataque
cerebral isquémico o “accidente cerebrovascular” se produce cuando las células
cerebrales mueren debido al flujo sanguíneo inadecuado. Cuando se interrumpe el
flujo sanguíneo,
las células
cerebrales se privan de suministros vitales de oxígeno y nutrientes. Alrededor
del 80 por ciento de los ataques cerebrales están causados por el bloqueo de
una arteria en el cuello o el cerebro. Un ataque cerebral hemorrágico (o
“derrame”) está causado por la explosión de un vaso sanguíneo en el cerebro que
causa hemorragia dentro o alrededor del cerebro.
¿Qué es la rehabilitación posterior
al ataque cerebral?
La rehabilitación
ayuda a los sobrevivientes del ataque cerebral a volver a aprender aptitudes
que se han perdido cuando se daña parte del cerebro. Por ejemplo, estas
aptitudes pueden incluir la coordinación de los movimientos de las piernas con
el fin de caminar o llevar a cabo los pasos involucrados en cualquier actividad
compleja. La rehabilitación también le enseña a los sobrevivientes nuevas
maneras de realizar tareas para sortear o compensar cualquier discapacidad
residual. Las personas podrían necesitar aprender a bañarse y vestirse usando
una sola mano, o cómo comunicarse eficazmente cuando su capacidad para usar el
lenguaje se ha comprometido. Existe un fuerte consenso entre los expertos en
rehabilitación que el elemento más importante en cualquier programa de
rehabilitación es la práctica repetitiva, bien enfocada y cuidadosamente
dirigida—el mismo tipo de práctica usada por todas las personas cuando aprenden
una nueva aptitud, como tocar el piano o lanzar una pelota de beisbol.
La terapia de
rehabilitación comienza en el hospital de agudos después de haber estabilizado
el estado general de la persona, a menudo entre las 24 a 48 horas posteriores
al ataque cerebral. Los primeros pasos implican promover el movimiento
independiente debido a que muchas personas están paralizadas o seriamente
debilitadas. Se induce a los pacientes a cambiar frecuentemente de posición
mientras yacen en la cama y a participar en ejercicios pasivos o activos de
rango de movimiento para fortalecer sus miembros afectados por el ataque
cerebral. (Los ejercicios “pasivos” de rango de movimiento son aquellos en los
que el terapeuta ayuda activamente al paciente a mover un miembro
repetidamente, mientras que los ejercicios “activos” son realizados por el
paciente sin ayuda física del terapeuta.)
Dependiendo de
muchos factores—inclusive el alcance de la lesión inicial—los pacientes pueden
progresar de sentarse y ser movilizados entre la cama y una silla a pararse,
soportar su propio peso y caminar con o sin ayuda. Las enfermeras y terapeutas
de rehabilitación ayudan a los pacientes que son capaces de realizar tareas
progresivamente más complejas y exigentes, como bañarse, vestirse e ir al baño,
y los alientan a comenzar a usar sus miembros afectados por el ataque cerebral
mientras participan de esas tareas. Comenzar a recuperar la capacidad de llevar
a cabo estas actividades básicas de la vida diaria representa la primera etapa
del regreso del sobreviviente de un ataque cerebral a la independencia.
Para algunos
sobrevivientes del ataque cerebral, la rehabilitación será un proceso continuo
para mantener y refinar aptitudes y podría implicar el trabajo con
especialistas durante meses o años posteriores al ataque cerebral.
¿Qué discapacidades resultan de un
ataque cerebral?
Los tipos y
grados de discapacidad que siguen a un ataque cerebral dependen de cual área
del cerebro está dañada y cuánto se ha dañado. Es difícil comparar una
discapacidad individual a otra, ya que cada ataque cerebral puede dañar partes
y cantidades levemente diferentes del cerebro. Generalmente, el ataque cerebral
puede causar cinco tipos de discapacidades: parálisis o problemas para
controlar los movimientos; trastornos sensoriales que incluyen dolor; problemas
para usar o entender el lenguaje; problemas con el pensamiento y la memoria; y
trastornos emocionales.
Parálisis
o problemas para controlar el movimiento (control motor)
La parálisis es
una de las discapacidades más comunes resultantes del ataque cerebral.
Generalmente la parálisis se produce en el lado del cuerpo opuesto al lado del
cerebro dañado por el ataque cerebral, pudiendo afectar la cara, un brazo, una
pierna o todo el lado del cuerpo. Esta parálisis de un lado se llama hemiplejía
si implica la incapacidad completa de moverse o hemiparesia si es menos que una
debilidad total. Los pacientes con ataque cerebral que tienen hemiparesia o
hemiplejía podrían tener dificultad con las actividades diarias como caminar y
agarrar objetos. Algunos pacientes con ataque cerebral tienen problema para
tragar, llamado disfagia, debido al daño en la parte del cerebro que controla
los músculos de la deglución. El daño en la parte baja del cerebro, el
cerebelo, puede afectar la capacidad del cuerpo para coordinar el movimiento,
una discapacidad llamada ataxia, que lleva a tener problemas con la postura del
cuerpo, caminar y el equilibrio.
Trastornos
sensoriales que incluyen dolor
Los pacientes con
ataque cerebral podrían perder la capacidad de sentir el tacto, dolor,
temperatura, o la posición. Los déficits sensoriales también pueden dificultar
la capacidad de reconocer objetos que los pacientes sostienen y pueden ser tan
graves como para causar la pérdida de reconocimiento del miembro propio.
Algunos pacientes con ataque cerebral sienten dolor, entumecimiento o
sensaciones extrañas de hormigueo o picazón en los miembros paralizados o
debilitados, un síntoma conocido como parestesia.
La pérdida de
continencia urinaria es bastante común inmediatamente después de un ataque
cerebral y se produce a menudo por una combinación de déficits sensoriales y
motores. Los sobrevivientes del ataque cerebral podrían perder la capacidad de
sentir la necesidad de orinar o la capacidad de controlar los músculos de la
vejiga. Algunos podrían no tener suficiente movilidad como para llegar al baño
a tiempo. También puede producirse la falta de control intestinal o
estreñimiento. No es común la incontinencia permanente posterior a un ataque
cerebral, pero aún la pérdida temporaria de control vesical o intestinal puede
ser emocionalmente difícil para los sobrevivientes del ataque cerebral.
Frecuentemente
los sobrevivientes del ataque cerebral tienen una variedad de síndromes de
dolor crónico que se produce debido al daño inducido por el ataque cerebral
sobre el sistema nervioso (dolor neuropático). En algunos pacientes con ataque
cerebral, las vías sensoriales en el cerebro están dañadas, causando la transmisión
de señales falsas que producen la sensación de dolor en una extremidad o lado
del cuerpo que tiene el déficit sensorial. El más común de estos síndromes de
dolor se llama “síndrome de dolor talámico” (causado por un ataque cerebral en
el tálamo, que procesa la información sensorial del cuerpo hacia el cerebro),
el cual puede ser difícil de tratar aún con medicamentos. Finalmente, parte del
dolor que se produce posteriormente al ataque cerebral no se debe al daño del
sistema nervioso, sino a problemas mecánicos causados por la debilidad del
ataque cerebral. Los pacientes que tienen un brazo seriamente debilitado o
paralizado a menudo experimentan dolor moderado a severo que se irradia hacia
afuera desde el hombro. Con frecuencia, el dolor se produce por la falta de
movimiento en una articulación que ha sido inmovilizada durante un período de
tiempo prolongado (como tener el brazo o el hombro con yeso durante semanas) y
los tendones y ligamentos alrededor de la articulación se fijan en una
posición. Comúnmente esto se llama articulación “congelada”; es fundamental el
movimiento “pasivo” (el terapeuta o el cuidador mueve o flexiona suavemente la
articulación en lugar de la persona) en la articulación de un miembro
paralizado para prevenir la “congelación” dolorosa y permitir el movimiento
fácil si y cuando regresara la fortaleza motora voluntaria.
Problemas
con el pensamiento y la memoria
El ataque
cerebral pude causar daño a partes del cerebro responsables de la memoria, el
aprendizaje y el estado de alerta. Los sobrevivientes del ataque cerebral
podrían tener capacidad de concentración dramáticamente acortada o podrían
tener déficits de la memoria a corto plazo. Las personas también podrían perder
su capacidad de hacer planes, entender significados, aprender nuevas tareas, o
participar de otras actividades mentales complejas. Dos déficits bastante
comunes resultantes del ataque cerebral son la anosognosia, una incapacidad de
reconocer la realidad de los impedimentos físicos resultantes del ataque
cerebral, y descuido, la pérdida de la capacidad de responder a objetos o
estímulos sensoriales ubicados en el lado afectado por el ataque cerebral. Los
sobrevivientes del ataque cerebral que desarrollan apraxia (pérdida de la
capacidad de llevar a cabo un movimiento resuelto aprendido) no pueden planear
los pasos implicados en una tarea compleja y actuar sobre la misma en la
secuencia apropiada. Los sobrevivientes del ataque cerebral con apraxia también
tienen problemas para seguir un conjunto de instrucciones. La apraxia parece
estar causada por una interrupción de las conexiones sutiles que existen entre
el pensamiento y la acción.
Trastornos
emocionales
Muchas personas
que sobreviven un ataque cerebral sienten miedo, ansiedad, frustración, ira,
tristeza y una sensación de pena por sus pérdidas físicas y mentales. Estos
sentimientos son una respuesta natural al trauma psicológico del ataque
cerebral. Algunos trastornos emocionales y cambios en la personalidad están causados
por los efectos físicos del daño cerebral. La depresión clínica, que es un
sentido de desesperanza que interrumpe la capacidad de la persona de funcionar,
parece ser el trastorno emocional más comúnmente experimentado por los
sobrevivientes del ataque cerebral. Los signos de depresión clínica incluyen
trastornos del sueño, un cambio radical en los patrones de alimentación que
puede llevar a pérdida o aumento súbito de peso, letargo, aislamiento social,
irritabilidad, fatiga, odio a sí mismo, y pensamientos suicidas. La depresión
posterior al ataque cerebral puede tratarse con antidepresivos y asesoramiento
psicológico.
La rehabilitación
posterior al ataque cerebral involucra a médicos; enfermeras de rehabilitación;
terapeutas físicos, ocupacionales, recreacionales, del habla y el lenguaje, y
vocacionales; y profesionales de la salud mental.
Médicos
Los médicos
tienen la responsabilidad principal de manejar y coordinar la atención de largo
plazo de los sobrevivientes del ataque cerebral, incluyendo la recomendación de
cuáles programas de rehabilitación abordarán mejor las necesidades
individuales. Los médicos también son responsables de cuidar la salud general
del sobreviviente del ataque cerebral y de proporcionar consejo dirigido a
prevenir un segundo ataque cerebral, como controlar la presión arterial alta o
la diabetes y eliminar los factores de riesgo como fumar cigarrillos, peso
excesivo, una dieta con alto colesterol, y el alto consumo de alcohol.
Generalmente los
neurólogos dirigen los equipos de atención aguda del ataque cerebral y dirigen
la atención del paciente durante la hospitalización. A veces participan con el
equipo de rehabilitación de largo plazo. A menudo otros subespecialistas
dirigen la etapa de atención de la rehabilitación, especialmente los fisiatras,
quienes se especializan en la medicina física y rehabilitación.
Enfermeras
de rehabilitación
Las enfermeras
que se especializan en rehabilitación ayudan a los sobrevivientes a volver a
aprender cómo llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria. También
educan a los sobrevivientes sobre atención médica de rutina, como de qué manera
seguir un programa de medicamentos, cómo cuidar la piel, cómo salir de la cama
e instalarse en la silla de ruedas, y necesidades especiales para las personas
con diabetes. Las enfermeras de rehabilitación también trabajan con
sobrevivientes para reducir los factores de riesgo que pueden llevar a un
segundo ataque cerebral, y proporcionan capacitación para los cuidadores.
Las enfermeras
están muy implicadas en ayudar a los sobrevivientes del ataque cerebral a
manejar temas de atención personal, como bañarse y controlar la incontinencia.
La mayoría de los sobrevivientes del ataque cerebral recuperan su capacidad de
mantener la continencia, a menudo con la ayuda de estrategias aprendidas
durante la rehabilitación. Estas estrategias incluyen el fortalecimiento de los
músculos pélvicos por medio de ejercicios especiales y luego de un programa de
micción cronometrado. Si los problemas de incontinencia continúan, las
enfermeras pueden ayudar a los cuidadores a aprender a introducir y controlar
catéteres y a tomar medidas higiénicas especiales para prevenir que se
desarrollen otros problemas de salud relacionados con la incontinencia.
Fisioterapeutas
Los
fisioterapeutas se especializan en tratar discapacidades relacionadas con el
deterioro motor y sensorial. Están capacitados en todos los aspectos de la anatomía
y la fisiología relacionados con el funcionamiento normal, con un énfasis en el
movimiento. Evalúan la fortaleza, la resistencia, el rango de movimiento, las
anormalidades de la marcha y los déficits sensoriales del sobreviviente del
ataque cerebral para diseñar programas de rehabilitación individualizados
dirigidos a recuperar el control del funcionamiento motor.
Los
fisioterapeutas ayudan a los sobrevivientes a recuperar el uso de los miembros
dañados por el ataque cerebral, enseñan estrategias compensadoras para reducir
el efecto de los déficits restantes, y establecen programas continuos de
ejercicios para ayudar a las personas a retener sus aptitudes recientemente
aprendidas. Las personas discapacitadas tienden a evitar el uso de los miembros
dañados, un comportamiento llamado no uso aprendido. Sin embargo, el uso
repetitivo de los miembros dañados estimula la plasticidad** cerebral y ayuda a
reducir las discapacidades.
Las estrategias
usadas por los fisioterapeutas para alentar el uso de los miembros dañados
incluyen estimulación sensorial selectiva como golpeteo o golpecitos,
ejercicios activos y pasivos de rango de movimiento, y restricción temporaria
de los miembros sanos mientras se practican tareas motoras.
En general, la
fisioterapia enfatiza la práctica de movimientos aislados, cambiando
repetidamente de un tipo de movimiento a otro, y ensayando movimientos
complejos que requieren mucha coordinación y equilibrio, como subir y bajar
escaleras o moverse con seguridad entre obstáculos. Las personas muy débiles
como para sostener su propio peso aún pueden practicar movimientos repetitivos
durante la hidroterapia (en la cual el agua proporciona el estímulo sensorial
al igual que el sostén del peso) o siendo parcialmente sostenidos por un arnés.
Una tendencia reciente en fisioterapia enfatiza la eficacia de participar en
actividades dirigidas a una meta, como jugar juegos para promover la
coordinación. Frecuentemente los fisioterapeutas emplean estimulación sensorial
selectiva para alentar el uso de miembros dañados y ayudar a los sobrevivientes
con descuido a recuperar el estado de alerta a los estímulos del lado
descuidado del cuerpo.
** Las funciones comprometidas cuando una región
específica del cerebro se daña por el ataque cerebral a veces pueden ser
ocupadas por otras partes del cerebro. Esta capacidad de adaptarse y
cambiar se denomina neuroplasticidad.
Terapeutas
ocupacionales y recreacionales
Como los
fisioterapeutas, los terapeutas ocupacionales están preocupados por mejorar las
capacidades sensoriales y motoras, y por asegurar la seguridad del paciente en
el período posterior al ataque cerebral. Ayudan a los sobrevivientes a volver a
aprender aptitudes necesarias para realizar actividades autodirigidas (también
llamadas ocupaciones) como aseo personal, preparación de comidas, y aseo del
hogar. Los terapeutas pueden enseñar a algunos sobrevivientes cómo adaptarse a
conducir y proporcionan capacitación en la ruta. A menudo enseñan a las
personas a dividir una actividad compleja en sus partes componentes, a
practicar cada parte, y luego realizar la secuencia completa de acciones. Esta
estrategia puede mejorar la coordinación y puede ayudar a las personas con
apraxia a volver a aprender a llevar a cabo acciones planeadas.
Los terapeutas ocupacionales
también enseñan a las personas a desarrollar estrategias compensadoras y a
cambiar elementos del ambiente que limitan las actividades de la vida diaria.
Por ejemplo, las personas con el uso de una sola mano pueden substituir los
botones de la ropa con ganchos y sujetadores de presilla (como el Velcro). Los
terapeutas ocupacionales también ayudan a las personas a hacer cambios en sus
casas para aumentar la seguridad, quitar barreras, y facilitar el
funcionamiento físico, como instalar barras de agarre en los baños.
Los terapeutas
recreacionales ayudan a las personas con una variedad de discapacidades a
desarrollar y usar su tiempo libre para mejorar su salud, su independencia y
calidad de vida.
Patólogos
del habla y el lenguaje
Los patólogos del
habla y el lenguaje ayudan a los sobrevivientes del ataque cerebral con afasia
a volver a aprender cómo usar el lenguaje o desarrollar medios alternativos de
comunicación. También ayudan a las personas a mejorar su capacidad para tragar,
y trabajan con los pacientes para desarrollar aptitudes sociales y para la
resolución de problemas necesarias para lidiar con los efectos posteriores de
un ataque cerebral.
Se han
desarrollado muchas técnicas terapéuticas especializadas para ayudar a las
personas con afasia. Algunas formas de terapia de corto plazo pueden mejorar
rápidamente el entendimiento. Los ejercicios intensivos como repetir las
palabras del terapeuta, practicar seguir indicaciones, y hacer ejercicios de
lectura y escritura forman la piedra angular de la rehabilitación del lenguaje.
A veces es beneficioso el entrenamiento y el ensayo en la conversación, al
igual que el desarrollo de apuntes o indicaciones para ayudar a las personas a
recordar palabras específicas.
Los patólogos del
habla y el lenguaje también ayudan a los sobrevivientes del ataque cerebral a
desarrollar estrategias para sortear las discapacidades del lenguaje. Estas
estrategias pueden incluir el uso de tableros de símbolos o lenguaje por señas.
Los avances recientes en la tecnología de computación han estimulado el
desarrollo de nuevos tipos de equipos para mejorar la comunicación. Los
patólogos del habla y el lenguaje usan tipos especiales de técnicas de
captación de imágenes para estudiar los patrones de deglución de los sobrevivientes
del ataque cerebral e identificar la fuente exacta de su impedimento. Las
dificultades para tragar tienen muchas causas posibles, inclusive un reflejo de
deglución retardado, una incapacidad de manejar comida con la lengua, o una
incapacidad de detectar comida que quede alojada en las mejillas después de
tragar. Cuando la causa ha sido puntualizada, los patólogos del habla y el
lenguaje trabajan con la persona para crear estrategias para vencer o minimizar
el déficit. A veces, simplemente el cambio de la posición del cuerpo y la
mejoría de la postura al comer pueden causar una mejoría. La textura de las
comidas puede modificarse para facilitar la deglución; por ejemplo, los
líquidos diluidos, que generalmente causan ahogos, pueden espesarse. Cambiar los
hábitos de comida al comer bocados pequeños y masticar lentamente también puede
aliviar la disfagia.
Terapeutas
vocacionales
Aproximadamente
un cuarto de todos los ataques cerebrales se produce en personas entre los 45 y
65 años. Para la mayoría de las personas en este grupo de edades, regresar al
trabajo es la preocupación principal. Los terapeutas vocacionales realizan
muchas de las mismas funciones que realizan los asesores ordinarios de
carreras. Pueden ayudar a las personas con discapacidades residuales a
identificar los puntos fuertes vocacionales y a desarrollar un currículo que
resalte esos puntos fuertes. También pueden ayudar a identificar empleadores
potenciales, ayudar en búsquedas específicas de trabajo, y proporcionar
derivaciones a agencias de rehabilitación vocacional para el ataque
cerebral.
Lo que es más
importante, los terapeutas vocacionales educan a personas discapacitadas sobre
sus derechos y protecciones según se definen en la Ley de Norteamericanos con
Discapacidades de 1990. Esta ley requiere que los empleadores tengan
“adaptaciones razonables” para los empleados discapacitados. Los terapeutas
vocacionales frecuentemente actúan como mediadores entre los empleadores y los
empleados para negociar la provisión de adaptaciones razonables en el lugar de
trabajo.
¿Cuándo puede un paciente con ataque
cerebral comenzar la rehabilitación?
La rehabilitación
debe comenzar en cuanto un paciente con ataque cerebral esté estable, a veces
en las 24 a 48 horas posteriores al ataque cerebral. Esta primera etapa de
rehabilitación puede producirse dentro de un hospital de agudos; sin embargo,
depende mucho de las circunstancias únicas del paciente individual.
Recientemente, en
el estudios de rehabilitación de ataque cerebral más grande realizado en los
Estados Unidos, los investigadores compararon dos técnicas comunes para ayudar
a los pacientes con ataque cerebral a mejorar su marcha. Ambos
métodos—entrenarse en una cinta caminadora con soporte del peso corporal o
trabajar en ejercicios de equilibrio y fuerza en el hogar con un
fisioterapeuta—dieron como resultado mejorías iguales en la capacidad de la
persona de caminar al cabo de un año. Los investigadores encontraron que las
mejorías funcionales podían encontrarse hasta un año después del ataque
cerebral, lo que va en contra de la sabiduría convencional de que la mayoría de
la recuperación se completa en 6 meses. El ensayo mostró que el 52 por ciento
de los participantes mostró mejoría significativa en la marcha, el
funcionamiento cotidiano y la calidad de vida, sin importar cuán grave fuera su
impedimento, o si comenzaron su entrenamiento a los 2 o 6 meses posteriores al
ataque cerebral.
Dónde puede un paciente con ataque
cerebral obtener rehabilitación?
En el momento del
alta del hospital, el paciente con ataque cerebral y la familia coordinan con
los trabajadores sociales del hospital para ubicar un arreglo adecuado de
vivienda. Muchos sobrevivientes del ataque cerebral regresan a la casa, pero
otros se trasladan a algún tipo de instalación médica.
El médico
realizará un examen neurológico para evaluar la función nerviosa y las
destrezas sensoriales y motoras. Las pruebas están diseñadas para
determinar limitaciones funcionales, como dificultad con la letra o la
capacidad de sostener un utensilio o una taza. Se podría pedir a la
persona que se toque la punta de la nariz, que haga un espiral, o que realice
otras tareas o ejercicios.
El médico puede
solicitar un electromiograma para diagnosticar problemas nerviosos o
musculares. Esta prueba mide la actividad muscular involuntaria y la
respuesta muscular a la estimulación nerviosa.
Unidades de
rehabilitación para pacientes internados
Las instalaciones para pacientes
internados pueden ser independientes o parte de complejos hospitalarios más
grandes. Los pacientes permanecen en la instalación, generalmente durante 2 a 3
semanas, y participan en un programa de rehabilitación coordinado e intensivo.
A menudo tales programas implican al menos 3 horas de terapia activa por día, 5
o 6 días por semana. Las instalaciones para pacientes internados ofrecen una
gama integral de servicios médicos, incluyendo la supervisión médica de tiempo
completo y acceso a una gama completa de terapeutas que se especializan en la
rehabilitación posterior al ataque cerebral.
Unidades
ambulatorias
Las instalaciones
ambulatorias a menudo son parte de un complejo hospitalario más grande y
proporcionan acceso a los médicos y a la gama completa de terapeutas que se
especializan en la rehabilitación del ataque cerebral. Típicamente los
pacientes pasan varias horas, a menudo 3 días por semana, en la instalación
tomando parte en sesiones de terapia coordinada y regresan a su casa por la
noche. Las instalaciones ambulatorias integrales frecuentemente ofrecen
programas de tratamiento tan intensos como los de las instalaciones para
pacientes internados, pero también podrían ofrecer regímenes menos exigentes,
dependiendo de la capacidad física del paciente.
Centros
de enfermería especializada
Los servicios de
rehabilitación disponibles en los centros de enfermería especializada son más
variables que los de las unidades ambulatorias o para pacientes internados.
Generalmente los centros de enfermería especializada ponen mucho énfasis en la
rehabilitación, mientras que los centros de enfermería tradicionales enfatizan
la atención residencial. Además, se ofrecen menos horas de terapia comparadas
con las unidades ambulatorias o para pacientes internados.
Programas
de rehabilitación en el hogar
La rehabilitación
en el hogar permite gran flexibilidad para que los pacientes puedan adaptar su
programa de rehabilitación y sigan programas individuales. Los sobrevivientes
del ataque cerebral pueden participar en un nivel intensivo de terapia varias
horas por semana o seguir un régimen menos exigente. Generalmente estos
arreglos se adaptan mejor a las personas que requieren tratamiento solamente de
un tipo de terapeuta de rehabilitación. Los pacientes que dependen de la
cobertura de Medicare para su rehabilitación deben cumplir con los requisitos
de “confinado en el hogar” de Medicare para calificar para tales servicios; en
este momento, la falta de transporte no es una razón válida para recibir
terapia en el hogar. La mayor desventaja de los programas de rehabilitación en
el hogar es la falta de equipo especializado. Sin embargo, someterse a
tratamiento en el hogar brinda a las personas la ventaja de practicar aptitudes
y desarrollar estrategias de compensación en el contexto de su ambiente
doméstico. En un ensayo de rehabilitación del ataque cerebral reciente, la
rehabilitación de la fortaleza y el equilibrio intensivo en el hogar fueron
equivalentes al entrenamiento en la cinta caminadora en un centro de
rehabilitación para mejorar la marcha.
¿Qué investigación se está
realizando?
El National
Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS), un componente de los
National Institutes of Health, o NIH (Institutos Nacionales de Salud de los
EE.UU.) tiene como responsabilidad principal el patrocinio de la investigación
sobre trastornos cerebrales y del sistema nervioso, inclusive el ataque
cerebral en su fase aguda y la restauración funcional posterior al ataque
cerebral. El Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and
Human Development (NICHD) del NIH, a través de su Centro Nacional para la
Investigación en la Rehabilitación Médica, patrocina trabajo sobre mecanismos
de restauración y reparación posterior al ataque cerebral, al igual que el
desarrollo de nuevos enfoques sobre la rehabilitación y evaluación de resultados.
La mayoría del trabajo patrocinado por NIH sobre diagnóstico y tratamiento de
la disfagia se hace a través del National Institute on Deafness and Other
Communication Disorders. El National Institute of Biomedical Imaging and
Bioengineering colabora con NINDS y NICHD en el desarrollo de nueva
instrumentación para el tratamiento y la rehabilitación del ataque cerebral. El
National Eye Institute patrocina trabajo dirigido a la restauración de la
visión y la rehabilitación de personas con deterioro o mala visión que pudiera
deberse a una enfermedad vascular o ataque cerebral.
El NINDS apoya la
investigación de forma de aumentar la reparación y regeneración del sistema
nervioso central. Los científicos patrocinados por el NINDS están estudiando
cómo responde el cerebro a la experiencia o se adapta a la lesión reorganizando
sus funciones (plasticidad)—usando tecnologías no invasivas de captación de
imágenes para mapear patrones de actividad biológica dentro del cerebro. Otros
científicos patrocinados por el NINDS están observando la reorganización
cerebral posterior al ataque cerebral y determinando si técnicas específicas de
rehabilitación, como la inducción de la terapia de movimiento mediante
restricción y estimulación magnética transcraneana pueden estimular la
plasticidad cerebral, mejorando así la función motora y disminuyendo la
discapacidad. Otros científicos están experimentando con la implantación de
células madre neurales, para ver si estas células pueden ser capaces de
reemplazar a las células que murieron como resultado de un ataque cerebral.
¿Dónde puedo encontrar más
información?
Para obtener
información adicional sobre los programas investigación del NINDS, contacte a
la Unidad de Recursos Neurológicos y Red de Información del Instituto (BRAIN
por su sigla en inglés) en:
BRAIN
P.O. Box 5801
Bethesda, MD
20824
(800) 352-9424
Organizaciones:
Brain Resources and
Information Network (BRAIN)
National
Institute of Neurological Disorders & Stroke
P.O.
Box 5801
Bethesda,
MD 20824
Tel:
800-352-9424
Fax:
301-402-2186
|
American Stroke
Association: A Division of American Heart Association
7272
Greenville Avenue
Dallas,
TX 75231-4596
Tel:
888-4STROKE (478-7653)
Fax:
214-706-5231
|
Easter Seals
233
South Wacker Drive
Suite
2400
Chicago,
IL 60606
Tel:
312-726-6200; 800-221-6827
Fax:
312-726-1494
|
National Rehabilitation
Information Center (NARIC)
8400
Corporate Drive
Suite
500
Landover,
MD 20785
Tel:
301-459-5900; 800-346-2742; 301-459-5984 (TTY)
Fax:
301-562-2401
|
National Institute
of Child Health and Human Development (NICHD)
National
Institutes of Health, DHHS
31
Center Drive, Rm. 2A32 MSC 2425
Bethesda,
MD 20892-2425
Tel:
301-496-5133
Fax:
301-496-7101
|
National Stroke
Association
9707
East Easter Lane
Suite
B
Centennial,
CO 80112-3747
Tel:
303-649-9299; 800-STROKES (787-6537)
Fax:
303-649-1328
|
American
Speech-Language-Hearing Association (ASHA)
10801
Rockville Pike
Rockville,
MD 20852
Tel:
800-638-8255 (Consumers) 800-638-8255 (Public)
Fax:
301-571-0457
|
Aphasia Hope
Foundation
P.O.
Box 79701
Houston,
TX 77279
Tel:
855-764-HOPE (855-764-4673)
|
National Aphasia
Association
P.O.
Box 87
Scarsdale,
NY 10583
Tel:
212-267-2814; 800-922-4NAA (4622)
Fax:
212-267-2812
|
National Institute
on Deafness and Other Communication Disorders (NIDCD)
National
Institutes of Health, DHHS
31
Center Drive, MSC 2320
Bethesda,
MD 20892-2320
Tel:
301-496-7243; 800-241-1044; 800-241-1055 (TTY)
|
"Rehabilitación
posterior al ataque cerebral", NINDS. Junio 2012.
Publicación de
NIH 13-1846
Preparado por:
Office of
Communications and Public Liaison
National
Institute of Neurological Disorders and Stroke
National
Institutes of Health
Bethesda, MD
20892
El material del
NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no
significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos
Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal.
Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en
particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo haya
examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente.
Toda la
información preparada por el NINDS es de dominio público y se puede reproducir
libremente. Se agradece que se le dé el crédito correspondiente al NINDS o a
los NIH.
Revisado
diciembre 21, 2016
Fuente:
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