Con la edad, las personas tienden a recordar
mejor sus sueños nocturnos, lo que revela que cada vez descansan peor
El descanso nocturno es una fuente de salud. No sólo nos
permite estar más despiertos durante el día, sino que además supone una potente
protección frente a las enfermedades que más vidas se cobran, especialmente
contra los infartos de corazón, ictus y cánceres en general. Varios trabajos
firmados por el Grupo Español del Sueño han demostrado en los últimos años que
los pacientes con apneas del sueño tienen una incidencia y mortalidad por
cáncer superior a la del resto de la población. La diferencia oscila entre el
5% y el 10%, según explicó a EL CORREO uno de sus más destacados miembros, el
especialista vasco Joaquín Durán, responsable de la Unidad de Trastornos del
Sueño del hospital de Txagorritxu, que participa el viernes en un curso de
verano de la UPV sobre medicina del sueño.
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