10 diciembre 2015 by nmurcia
El
New York Times ha publicado un artículo durísimo titulado “Force-Feeding: Cruel at Guantánamo, but O.K. for Our
Parents” (Alimentación forzada: cruel en Guantánamo pero
aceptable con nuestros padres).
Desde
hace años sabemos que forzar la alimentación
con tubos (mediante una sonda nasogástrica o la inserción de un catéter a
través de un orificio en el abdomen hasta el estómago mediante una
Percutaneous Endoscopic Gastrostomy o PEG) en pacientes con demencia con
dificultades para tragar debido a la evolución de su enfermedad, es una
actuación desproporcionada y dañina: no mejora en nada la calidad de vida del
paciente (al contrario), no suele evitar las complicaciones respiratorias por
broncoaspiración, puede ser dolorosa (sobre todo la sonda nasogástrica), es
fuente de frecuentes complicaciones que obligan a trasladar a los
pacientes a los hospitales (con el dis-confort que esto les crea) y, muchas
veces, ni siquiera prolongan la vida en comparación con una alimentación manual
cuidadosa.
En el artículo, su autor, el Dr.Haider Javed Warraich, denuncia además un incentivo perverso que ha hecho que esta práctica se esté generalizando en EE.UU: las residencias cobran más dinero si los enfermos son portadores de estos artilugios y, a la vez, ahorran en recursos humano, ya que la alimentación manual requiere más dotación de personal. Poner sondas y PEGs es, por tanto, un negocio redondo para las residencias norteamericanas, a costa del sufrimiento de ancianos desvalidos.En España, las Unidades de Nutrición, que han florecido en nuestros hospitales, dedican gran parte de sus recursos al mantenimiento de estos catéteres de alimentación forzosa. La inserción de un tubo para alimentar a un paciente demente con dificultades para tragar se ha convertido en una decisión técnica, casi automática, casi como prescribir un antibiótico para una infección (aunque ahora sabemos que la prescripción de antibióticos en pacientes terminales podría ser dañino y que también habrá que pensarlo mejor en adelante), con demasiada frecuencia, sin una adecuad información a los familiares de sus riesgos y beneficios.
Leer más y Fuente: http://www.nogracias.eu/2015/12/10/torturando-a-nuestros-ancianos-con-demencia-la-alimentacion-forzosa/
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