Todos sabemos que cuando una persona sufre un ictus la
rápida actuación es esencial, pero ¿qué sucede cuando la búsqueda de atención
médica no es inmediata? Comentamos una sentencia que proviene de una mujer de
45 años que sufrió un ictus de origen isquémico que le dejó secuelas
importantes y por lo que solicitó una indemnización de 1.500.000 euros.
A la
paciente se le diagnosticó un trombo en la arteria basilar 18 horas después de
haber sido ingresada. Sus abogados expusieron que hubo un retraso en la
detección de la dolencia y en su tratamiento e intervención quirúrgica, lo que
le ocasionó una gran invalidez irreversible. Se alegó que todo pasó debido a
que el doctor infravaloró los síntomas que presentaba por ser una persona joven
y sin antecedentes. Se solicitó un TAC craneal sin contraste que se etiquetó
como normal y, tras haber presentado una nueva sintomatología, se le realizó un
segundo TAC donde se observó un engrosamiento de la arteria basilar que podría
ser expresión de una trombosis en esta arteria.
Hay que
destacar que la paciente acudió a urgencias 10 horas después de comenzar sus
síntomas y, teniendo en cuenta que sufría un ictus progresivo, hubiese tenido
oportunidad de realizar un tratamiento adecuado si se le hubiese atendido en
las primeras horas del episodio. No fue posible en este caso realizar un
tratamiento de repercusión vascular. Concretamente, la paciente sufrió un
infarto cerebral en el territorio vascular cerebral posterior (oclusión
trombótica de la arteria basilar), trombosis con un pronóstico sombrío ya que
el 90 por ciento de las veces acaba en fallecimiento del paciente.
Por la
misma razón, el hecho de que hubieran transcurrido 10 horas desde el inicio de
los síntomas el uso de trombolíticos por vía intravenosa estaba contraindicado,
tratamiento que solo puede ser aplicado en las primeras cuatro horas de
evolución. En cuanto al tratamiento neurointervencionista en el infarto
cerebral agudo, sería eficaz cuando se aplica en una ventana no superior a las
8 horas. Por este motivo, aunque se hubiera realizado un diagnóstico preciso y
precoz del ictus cerebral, no se hubiera podido realizar ninguna actuación
terapéutica que hubiese podido modificar el pronóstico de la paciente.
Se planteó
si la paciente presentó lo que se denomina ictus del despertar. Se sospechó que
despertó por la mañana con el ictus, tomándose en cuenta el tiempo que
transcurrió desde que se acostó sin síntomas. De esa forma cuando acudió a
Urgencias ya había pasado el tiempo de fibrinólisis, siendo las secuelas la
consecuencia directa de la gravedad del proceso vascular que padeció.
En la
sentencia se demostró que el cuadro clínico que presentaba la paciente en el
momento de su ingreso en Urgencias era complejo y que la detección inicial del
ictus cerebral por oclusión de la arteria basilar resultaba de extrema
dificultad, entorpeciendo también en la detección inicial de ictus cerebral la
edad de la paciente, el no presentar la misma ningún factor de riesgo conocido,
que la paciente estuviera consciente y orientada en el momento de su ingreso,
así como por el hecho de presentarse sin afasia de comprensión, pupilas
isocóricas y normoreactivas, sin rigidez de nuca y sin plejias ni paresias en
los miembros ni pares craneales.
Leer
más y fuente: http://www.gacetamedica.com/portada/reclaman-1-5-millones-de-euros-por-el-retraso-en-la-atencion-de-un-ictus-MJ1803709
OBSERVACIÓN: El contenido de la información ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias
OBSERVACIÓN: El contenido de la información ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario