J. OTO 08/01/2015
El marido de María Teresa Juste sufrió
un íctus el 20 de enero del 2012. "En pocos días celebramos el tercer
aniversario", dice ella. Las secuelas fueron graves y le afectaron al
habla y a la movilidad hasta el punto de que no puede valerse por sí mismo. La
delicada situación obligaba a reaccionar rápido y la familia se apresuró a
completar el papeleo necesario para conseguir la declaración de minusvalía y de
dependencia. "Nos dijeron que hasta los seis meses no podía ser, pero en
el 2013 nos reconocieron el grado 3 --severo-- de dependencia y una minusvalía
del 83%", recuerda su esposa.
Pero, desde entonces, nada. A la
espera de recibir algún tipo de prestación, María Teresa admite su frustración.
"Nadie dice absolutamente nada ni nos han ofrecido ni siquiera para
barreras arquitectónicas porque nos hemos visto obligados a remodelar la casa
entera. Tampoco para la silla ni para la cama. Nada".
De momento, María Teresa cuenta
con la ayuda de sus hijos. De otro modo, ella sola no podría asumir el cuidado
de su marido. "Cuando le dio el ictus medía 1,84 y pesaba 94 kilos. Y yo
sola ya no puedo, así que mis hijos se van turnando para levantarlo y
acostarlo", explica a las puertas del IASS.
Leer más Fuente:
* Según el propio diario, Aragón lideró en el 2014
el retroceso en la aplicación de la dependencia. En la Comunidad de Aragón se
atendieron en 2014 a 1.057 personas
menos y la cifra total baja a niveles del 2009. Casi uno de cada tres
aragoneses con derecho reconocido no recibe ninguna prestación. Fuente:http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/temadia/aragon-lidero-2014-retroceso-aplicacion-dependencia_996304.html
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