En sólo una generación, la incidencia de diabetes tipo 2
en el mundo se ha multiplicado por cinco. Algo simplemente catastrófico.
Mientras que actualmente son muchos los que creen que
podrán “curarse” tomando comprimidos químicos, la realidad es que la diabetes
suele ser una enfermedad ligada principalmente al estilo de vida.
La mejor forma de prevenir la diabetes es
seguir una dieta con un índice glucémico bajo o, dicho de otra manera, a base
de alimentos que no se transforman demasiado rápido en glucosa, y que no
provocan por tanto picos brutales en la secreción de insulina.
En la prevención también puede jugar un papel
muy interesante un ingrediente que seguramente usted ya tiene en su cocina: la
canela. Esta especia podría disminuir el riesgo de padecer diabetes, ya que
ayuda a estabilizar el nivel de azúcar en la sangre.
El “Ferrari” de los
antioxidantes
La canela es una de las plantas más ricas en
antioxidantes del mundo, con un valor ORAC (del inglés Oxygen
Radical Absorbency Capacity) –unidad con la que se mide el poder
antioxidante in vitro- de 267.536, es decir, altísimo (¡cien veces mayor que el
de la granada!).
En la mayoría de las grandes civilizaciones
prácticamente la veneran, gracias a su gusto templado y dulce, y a su delicado
aroma.
La canela ayuda a estabilizar el nivel de
azúcar en la sangre estimulando los receptores de la insulina y aumentando su
sensibilidad hacia esta hormona que hace disminuir la glucemia (nivel de azúcar
en la sangre). Como respuesta, el cuerpo necesita producir menos insulina para
provocar el mismo efecto. Esto aligera al páncreas, estimula el metabolismo y
reduce la inflamación.
La canela contiene entre un 0,5 y un 1% de
poderosos aceites esenciales conocidos por sus factores antimicrobianos, que
son muy eficaces para detener el crecimiento de bacterias y levaduras, entre
ellas, la Candida albicans.
La canela posee tres aceites básicos que contienen
compuestos activos llamados cinamaldehído acetato, cinamilo acetato y alcohol
de cinamilo. El acetato cinamaldehído ha sido estudiado por los investigadores
debido a su capacidad para bloquear la emisión de agentes inflamatorios por
parte de la membrana celular.
Y por si esto no fuera suficiente, el simple
olor de la canela estimula en gran medida las regiones del cerebro responsables
de la concentración y la memoria.
Sorprenda a sus invitados
Por ello, no dude en espolvorear canela en
algunos de sus platos.
Mientras que en Europa o Estados Unidos lo
habitual es utilizar canela en las recetas dulces (galletas, tartas de manzana,
compotas, helados, postres de chocolate…), en el Norte de África y en Oriente
ocurre justo lo contrario. Allí donde más se utiliza es en los platos salados,
en especial con todo tipo de carne (acuérdese de las exquisitas pastelas
marroquíes).
La canela molida no soporta bien las cocciones
demasiado largas, así que es preferible añadirla al final, al contrario que la
canela en rama, que resiste mejor las temperaturas altas.
A sus compañeros de mesa les encantará la
canela en sus platos, puesto que es un estimulante de las glándulas salivales y
de las mucosas gástricas. Sus invitados también se sentirán mejor después de
comer, ya que la canela favorece la digestión, la expulsión de gases y calma
los espasmos del estómago e intestinos.
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