Recientemente publicábamos el relato del
ascenso y caída de la familia de antidiabéticos orales llamadas glitazonas:
pésima investigación centrada en “bajar el azúcar”, ocultación de datos y
organismos públicos reguladores de los medicamentos que buscan beneficiar a las
compañías más que proteger a los ciudadanos de fármacos dañinos. El resultado:
más de 80.000 muertes y eventos cardiovasculares graves provocados
por la glitazona Avandia, solo en EE.UU.
Des Spence
hablaba hace unos años de mala medicina en el
tratamiento de la diabetes tipo 2.
NoGracias
denunciaba recientemente
la colusión de intereses entre asociaciones profesionales e industria
farmacéutica.
Rafa Bravo ha
publicado en su blog, la traducción de un editorial de la revista American
Family Physician que reclama un cambio de enfoque en el
tratamiento de la diabetes que se aleje del simplista, inútil y peligroso
control estricto del azúcar.
Al igual que con
la osteoporosis, es necesario un cambio radical, porque la estrategia
terapéutica actual de la diabetes tipo 2 solo beneficia a la
industria farmacéutica y a sus dóciles colaboradores profesionales.
Diabetes
tipo 2:
La actualización de la evidencia requiere una toma de
decisiones actualizada
Editorial de Allen F. Shaughnessy, Deborah R.
Erlich y David C. Slawson, publicado en Am Fam Physician 01 de julio
2015; 92 (1): 22.
El tratamiento de los pacientes con diabetes mellitus
tipo 2 parece simple: intentar llevar a cerca de la normalidad los niveles de
glucosa en sangre en ayunas y de la Hemoglobina glicosilada (Hgb A1C). Sin embargo,
como se explica en el artículo de George et al. publicado
en este número de la AFP, la normalización de los niveles de glucosa en la
sangre beneficia sólo a un pequeño subconjunto de pacientes. Los niveles de Hgb A1C deberían ser lo suficientemente bajos como
para disminuir los síntomas, pero no tanto como para correr el riesgo de
hipoglucemia. Para muchos pacientes, este rango es de 8% a 9%, con un nivel de
glucosa en sangre en ayunas de menos de 200 mg por dl (11.1 mmol por L).
Esta nueva y relajada meta será tal vez desconcertante
para muchos pacientes. Pero no debería serlo. Aunque las guías de práctica clínica se
están poniendo al día, los datos que refutan el
beneficio del control glucémico estricto han estado disponibles durante mucho
tiempo. El U.K. Prospective Diabetes
Study, publicado hace 17 años, no encontró beneficio del control
intensivo de la glucosa en la mortalidad y limitado, si alguno, en la
morbilidad. Como el artículo del Dr. George menciona, otros tres estudios confirmaron
la falta de beneficios en mortalidad o morbilidad.
Así que ¿por qué seguimos
sobre-tratando la hiperglucemia? Aunque hay una presión del
marketing farmacéutico, los llamados indicadores de calidad y los incentivos de
pago por desempeño han tenido un papel importante. Una gran parte de la
aceptación general de que “menos es mejor” depende de la falsa creencia de que
un enfoque fisiopatológico para la toma de decisiones es siempre correcto.
Parecería lógico que la reducción de los niveles de glucosa en sangre debería
dar lugar a mejores resultados en los pacientes. Pero no lo hace. Hoy en día,
un paciente de edad avanzada con diabetes tipo 2 tiene más probabilidades de
ser hospitalizados por hipoglucemia severa que por hiperglucemia.
¿Cómo mataremos este dragón? En primer lugar, la ilusión
tiene que desparecer. El objetivo del tratamiento de
la diabetes tipo 2 es ayudar a los pacientes a vivir vidas más largas,
saludables y productivas. Por desgracia, la normalización de los niveles de
glucosa en sangre con farmacología no logra este objetivo. Aparte
de la metformina, que ha demostrado que disminuye la mortalidad independiente
de su efecto sobre los niveles de glucosa, todos los demás medicamentos para la
diabetes disponibles tratan números (cifras de glucosa), no pacientes.
En segundo lugar, tenemos que cambiar la forma en que
tomamos decisiones. La educación actual se centra demasiado en la
fisiopatología de la enfermedad. Como resultado, la
atención médica actual trata al individuo como un complejo problema de
ingeniería. A través de una cadena de razonamiento que vincula los
síntomas y hallazgos clínicos con la disfunción subyacente de órganos, tejidos,
e inclusos células, se transfigura a los pacientes en puzzles
lógicos para los que ideamos tratamientos dirigidos a la eliminación de
la anomalía. Este enfoque no funciona para la diabetes tipo 2. En cambio,
durante nuestro proceso de toma de decisiones, tenemos que poner más
peso en la investigación que apoya el objetivo de una mejor salud y una vida
más larga y productiva para los pacientes.
Leer más y Fuente:
http://www.nogracias.eu/2015/07/28/si-usted-es-diabetico-y-su-medico-quiere-bajarle-el-azucar-por-debajo-de-200-ensenele-este-texto/
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