Las estatinas son medicamentos que limitan la síntesis
de colesterol al inhibir la HMG-CoAreductasa.
Como todos los medicamentos, las estatinas tienen
indicaciones precisas.
Como todos los medicamentos, las estatinas producen
beneficios en algunos casos pero todos los pacientes se someten al riesgo de
sus daños y de sus efectos adversos.
Es así porque en general los daños se producen en un
porcentaje fijo de los pacientes tratados mientras los beneficios son relativos
al número de enfermos “que lo precisan” entre los diagnosticados y tratados.
Así pues, los beneficios los disfrutan aquellos
pacientes en que se han prescrito correctamente y que se adhieren al
tratamiento.
El riesgo de sufrir daños y efectos adversos atañe a
todos los pacientes en que se prescriben las estatinas, correcta o
incorrectamente, siempre que los pacientes se adhieran al tratamiento.
Es decir, las estatinas se deberían emplear en aquellos
casos en que sus beneficios esperables superaran a sus daños probables.
Las estatinas tienen beneficios ciertos en la prevención
secundaria. Por ejemplo, en pacientes tras un infarto de miocardio.
Las estatinas tienen beneficios dudosos en la prevención
primaria (en pacientes en los que no ha habido ningún problema cardiovascular
pero tienen alto “el colesterol”, fuman, son de clase baja, tienen diabetes,
etc). Algunos ensayos clínicos sugieren que las estatinas podrían tener algún
beneficio en los pacientes con “riesgo cardiovascular alto”, pero no hay
acuerdo ni sobre la “intensidad” de tal riesgo cardiovascular ni sobre el
efecto beneficioso en sí.
En la revista inglesa British Medical Journal se
publicaron en 2013 dos estudios en que se analizó el efecto de las estatinas en
prevención primaria y se concluyó que no había beneficios en quienes tenían un
bajo riesgo cardiovascular (menor del 20% a los 10 años). Para destacar el
absurdo de emplear las estatinas se citó un trabajo observacional (no un ensayo
clínico) en el que se demostró que se abandonaba el tratamiento de estatinas en
un 20% de los casos.
Posteriormente se corrigieron los dos estudios pues el
porcentaje de abandonos fue efectivamente del 18-20% % en el trabajo
observacional citado, pero no se podía extrapolar la cifra. Probablemente los
daños afectan al 9%, por más que tengan dolor muscular (y miopatía) el 20%.
El problema es que no conocemos la cifra real de daños y
efectos adversos provocados por las estatinas. De hecho, los estudios de la
seguridad de las estatinas no se empezaron a hacer hasta 2002, tras las muertes
por cerivastatina. Son estudios que deben tener en cuenta las situaciones de la
práctica clínica en que se toman las estatinas (con otros medicamentos, con
enfermedades varias, con edades no incluidas en los ensayos, etc).
Complica la cuestión la falta de acceso a los datos
brutos de los ensayos clínicos, y la financiación de los mismos por las
industrias interesadas.
Leer más y
Fuente:
http://www.nogracias.eu/2014/05/19/los-efectos-adversos-de-las-estatinas-como-armas-contra-el-british-medical-journal/#comment-45541
Otras fuentes: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-colesterol-gran-engano/3990658/OBSERVACIÓN: La información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias
Otras fuentes: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-colesterol-gran-engano/3990658/OBSERVACIÓN: La información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias
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