Ya en el año 2004 un inquietante
estudio reveló que trabajar con el ordenador portátil sobre las rodillas podía
disminuir la fertilidad masculina.
En efecto, el calor que el ordenador desprende
en el regazo al estar sentados aumenta la temperatura del escroto, el saco de
piel que protege los testículos y que los mantiene a una temperatura estable. Y
precisamente la razón por la que los testículos se encuentran en el escroto,
fuera del abdomen, es la temperatura, que necesita ser ligeramente inferior a
la del cuerpo para producir espermatozoides (espermatogénesis).
Investigadores en urología de la Universidad de
Nueva York han comprobado el aumento de 2,88ºC en la temperatura del escroto en
los hombres que se colocan de ese modo el ordenador portátil, lo que “puede
suponer un impacto negativo en la espermatogénesis, sobre todo en los
adolescentes y jóvenes”, según han declarado. (1)
Hecatombe de
espermatozoides
Sin embargo, por desgracia, un
nuevo estudio ha revelado que existe algo incluso peor que el calor: las ondas
wifi del portátil reducen la motilidad (con “t”) de los espermatozoides, es
decir, su capacidad para desplazarse de manera espontánea. Los espermatozoides
necesitan tener una buena motilidad para alcanzar el útero, llegar hasta el
óvulo y fecundarlo.
Los investigadores también han constatado un
aumento de la fragmentación del ADN y, en consecuencia, una alteración del
código genético, que también puede conllevar una disminución de la fertilidad.
Para llegar a esta conclusión, investigadores
argentinos y americanos metieron espermatozoides humanos, procedentes de 29
voluntarios, en pequeños tarros que colocaron alrededor de un ordenador
portátil encendido y con wifi, el sistema que permite conectar a Internet
dispositivos electrónicos de forma inalámbrica.
Después de sólo cuatro horas comprobaron que ya
se había reducido significativamente la motilidad de los espermatozoides y que
la información genética del ADN se había modificado, en comparación con los
espermatozoides que estaban en tarros que permanecían alejados del área de
influencia del wifi. (2)
Los hombres que trabajan sentados, con el
ordenador portátil sobre sus rodillas, suelen tener la señal wifi del ordenador
a sólo unos centímetros de sus testículos, sin ninguna protección. Probablemente
el efecto sobre sus espermatozoides sea el mismo que en el experimento.
Los campos
magnéticos de baja frecuencia dañan los tejidos vivos
Con toda seguridad ocurre lo mismo
en el caso de los hombres que llevan el teléfono móvil en el bolsillo del
pantalón.
Los campos magnéticos de baja frecuencia, que
también son utilizados por los teléfonos móviles, desencadenan la producción de
radicales libres, que son factores de oxidación de las células y de moléculas
como los ácidos grasos, las proteínas y los ácidos nucleicos (ADN). Los
radicales libres reaccionan con los ácidos grasos poliinsaturados en la
membrana de las células, provocando un proceso denominado peroxidación
lipídica.
Los espermatozoides humanos contienen ácidos
grasos poliinsaturados y acetilados en su membrana. Ésta queda dañada bajo el
efecto de los radicales libres, lo que provoca la disminución de la motilidad
espontánea de los espermatozoides y después la muerte celular, así como
alteraciones en el ADN.
Evidentemente, para concebir a un bebé sano
resulta esencial que el ADN contenido en los espermatozoides se encuentre
íntegro. La fragmentación del ADN en los espermatozoides se ha relacionado con
una baja fertilidad, un mal desarrollo del embrión, un nivel elevado de abortos
espontáneos y una mayor morbilidad de los recién nacidos, sobre todo por
cáncer. (3)(4)
Leer más y Fuente
OBSERVACIÓN: La información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias