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lunes, 18 de octubre de 2021

La rehabilitación del ictus en el SISTEMA NACIONAL DE SALUD, un cambio necesario

Opinión. 

Cuando una persona sufre un ictus en España, como la gran mayoría, acaba ingresando en un hospital de la SISTEMA NACIONAL DE SALUD para su recuperación y su posterior rehabilitación. Esto quiere decir que al año, más de 100.000 pacientes con daño cerebral acaban en algún hospital público tras haber padecido un ictus. Esta significativa cifra debería hacernos reflexionar sobre la seriedad del asunto y plantearnos si la atención que se ofrece desde el Sistema Nacional de Salud a estas personas es la idónea y suficiente, sabiendo como sabemos que el tiempo es oro.

Como hemos abordado en artículos anteriores, la recuperación de un ictus debe cumplir dos criterios importantes; por un lado, la rehabilitación debe ser inmediata, y por otro, lo más intensiva posible. A lo que yo ahora añado otro criterio que se ha de cumplir para esta recuperación: que sea sobre todo individual y con un tratamiento personalizado. En la actualidad, ningún hospital de L SISTEMA NACIONAL DEE SALUD cumple con estos requisitos.

La realidad es que la rehabilitación del ictus a través del SISTEMA NACIONAL DE SALUD  empieza tarde, y no cumple con los requisitos que la evidencia científica recomienda para volver a recuperar las funcionalidades cognitivas y motoras. Este análisis de un abordaje gratuito, pero deficitario, significa que un mismo profesional, un terapeuta ocupacional, por ejemplo, en una hora de trabajo debe tratar con diferentes pacientes, con diferentes grados de afectación y diferentes planes terapéuticos.  De esta forma, es imposible hacer una rehabilitación eficiente, con objetivos que tengan un significado para la persona y con un abordaje global por parte de todo el equipo del hospital o centro.

La importancia de la inmediatez e intensidad en el proceso de rehabilitación del ictus

Cuando una persona sufre un ictus, y su vida ya no corre peligro, las secuelas son palpables y evidentes, tanto que el paciente es consciente del proceso de rehabilitación que se le presenta. Los primeros meses después de producirse el daño cerebral son de vital importancia para la recuperación de la persona. Una buena rehabilitación en este primer periodo de tiempo es el impulso más importante para poder alcanzar el máximo potencial en la recuperación. Una terapia deficitaria durante los tres primeros meses (la conocida como fase aguda) compromete de manera significativa las posibilidades de la persona y, dependiendo de las secuelas, podría condenarla a un grado de dependencia mucho mayor que el que hubiera tenido de haberse llevado a cabo una rehabilitación intensiva, inmediata, y conducida por un equipo transdisciplinar con el que se marquen objetivos significativos previamente, como practicamos en nuestras clínicas desde el año 2019.

Actuales opciones de rehabilitación en España tras sufrir un ictus

En España, después de sufrir un ictus, existen dos principales opciones de rehabilitación: los hospitales y centros concertados deL SISTEMA NACIONAL DE SALUD o los diferentes centros de daño cerebral privados. A día de hoy, y como norma general, la diferencia entre unos y otros es abismal. La foto fija en los hospitales y centros concertados que encontramos en la actualidad es la siguiente: se empieza tarde, privando al paciente de semanas de rehabilitación, las cuales son fundamentales; sesiones de media hora; varios pacientes por profesional; terapias no intensivas, que no incorporan la robótica como herramienta y que a veces emplean técnicas de dudosa evidencia. Llegamos a encontrarnos con pacientes que pasan hasta veintidós horas seguidas en la cama de un hospital con escaso personal, lo que,  en ocasiones, llega a provocar que se les pongan pañales aunque el paciente sea, hasta ese momento, continente.

Cuando se trata de rehabilitación en régimen ambulatorio, es decir, la persona ya está en su domicilio, encontramos casos en los que el traslado en ambulancia dura más que la propia sesión terapéutica. Esto sin contar en que existen casos de pacientes que no acuden todos los días a rehabilitarse, ya que el recurso que se ofrece es de días alternos. En estas condiciones, difícilmente se podrá llegar a alcanzar el máximo potencial de recuperación. Lo cual es una pena, ya que el daño cerebral adquirido tiene una parte de recuperación importante si se trabaja bien desde el principio.

Como, al menos a corto plazo, los centros del SISTEMA NACIONAL DE SALUD no tienen la intención de cambiar (algo que no obstante debieran plantearse por el bienestar de las personas afectadas de daño cerebral en España, que cada vez son más numerosas), existe la segunda vía de los centros de Neurorrehabilitación privados. Decir en este punto que, dentro de este tipo de centros, existe un amplio abanico en el que encontramos centros muy buenos y que trabajan como indica la evidencia, y otros que tendrían que hacer una profunda revisión de metodología, instalaciones y herramientas a disposición de sus profesionales. Pero esto daría para otro artículo.

La realidad que nos encontramos cada día en los centros de N
eurorrehabilitación privados es que las personas, después de agotar el periodo de rehabilitación proporcionado por el SISTEMA NACIONAL DE SALUD, de una duración de entre dos y seis meses (los más importantes en la rehabilitación del daño cerebral) y comprobar los escasos resultados obtenidos, optan por buscar un centro privado para continuar y completar su recuperación. Aunque es importante hacerlo, ya que se consiguen resultados, y muy buenos en ocasiones, no es aconsejable desaprovechar los primeros meses de rehabilitación en un centro que no ofrezca garantías de un trabajo con avales.

Lo que está en juego es la calidad de vida de la persona, su independencia y las posibilidades de volver a tener una vida similar a la que tenía antes de sufrir el daño cerebral. Todas estas son razones de peso, no solo para tomarse en serio la rehabilitación, si no también, si es necesario y existe la posibilidad, invertir en ella.

De igual importancia sería la inversión en prevención. Todo esto sin entrar en los casos de miles de personas desahuciadas, porque según criterios del SISTEMA NACIONAL DE SALUD tienen nulas posibilidades de recuperación, y que consiguen mejoras considerables en centros que hacen un abordaje correcto del daño cerebral. La realidad es que un alto porcentaje de personas que concluyen su rehabilitación en el SISTEMA NACIONAL DE SALUD, continúan teniendo un amplio margen de mejora en su recuperación. Y si esto es así, me surge una pregunta ¿qué debiera cambiar para que las personas puedan concluir su rehabilitación en los centros públicos? Por desgracia, y a día de hoy, muchas cosas. Tantas que no veo en el horizonte la posibilidad de que esto ocurra. 

Si bien es verdad que los centros privados no están al alcance de todas las personas, el esfuerzo que muchas familias hacen al apostar por recursos de calidad que los centros públicos no ofrecen, en la mayoría de los casos obtienen su recompensa en forma de un futuro con más garantías de salud, bienestar y autoestima.

Sergio Alarcón

Socio fundador y CEO de Neuron

Fuente: https://neuronrehab.es/sin-categorizar/rehabilitacion-ictus-seguridad-social-un-cambio-necesario/

*Hemos sustituido el término SEGURIDAD SOCIAL, por la denominación SISTEMA NACIONAL DE SALIUD, ya que España tiene descentralizada la Sanidad y el conjunto de sistemas de Salud autonómicos configuran el SISTEMA NACIONAL DE SALUD. 


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