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martes, 30 de enero de 2018

"CUANDO LAS GRANDES EMPRESAS ENTRAN EN EL SECTOR 'BIO', HAY QUE MARCARLES EL TERRENO DESDE EL MINUTO 0"

Los supermercados y las grandes multinacionales están entrando con fuerza en el sector de la alimentación ecológica. ¿Se trata de una buena o una mala noticia? Lo hablamos con la periodista Esther Vivas, que lleva más de diez años trabajando en el sector del consumo "bio". Su último libro El negocio de la comida. ¿Quién controla nuestra alimentación? llegó el año pasado a su 3a edición con nuevos contenidos.

The Ecologist -El mundo de lo “bio” se está democratizando. Para empezar, esto es una buena noticia. Sin embargo, el hecho del asalto al sector de las grandes superficies a lo ecológico levanta sospechas, y alegrías. ¿Tú cómo ves este asunto? ¿Es posible ser imparcial?

Esther Vivas -La imparcialidad es imposible porque el asunto obliga a posicionarnos. Aunque entre aquellos que están totalmente a favor o en contra… hay una amplia escala de grises. No es un tema fácil, ya que nos enfrentamos a una realidad que irá a más en los próximos años y que, se puede argumentar, permite a más consumidores acceder y conocer estos productos. Sin embargo, pienso que es necesario hacernos dos preguntas. La primera, si consideramos la alimentación “bio” una herramienta de transformación social y medioambiental, ¿pueden ser los supermercados, que basan su negocio en unas injustas relaciones de producción, distribución y consumo, agentes de este cambio? Creo que no.

Segundo: ¿Los beneficios que aporta la entrada de los “súpers” en el sector ecológico son superiores a sus perjuicios? Aunque a corto plaza podamos ver más beneficios (aumento de ventas, mayor difusión de lo “bio”), a medio y largo plazo creo que los perjuicios son superiores (productores dependientes de estas grandes empresas, concentración industrial y control de los precios). Los impactos negativos de la gran distribución en la agricultura y la alimentación convencional nos indican hasta dónde pueden llegar sus malas prácticas.


Seguir leyendo la entrevista en The Ecologist aquí.
Leer más y fuente:

http://vidasana.org/noticias/esther-vivas-a-las-grandes-empresas-hay-que-marcarles-el-terreno-desde-el-minuto-0

 OBSERVACIÓN: El contenido de la información ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias 

lunes, 29 de enero de 2018

ANDALUCÍA PROHÍBE VENDER COCA-COLA Y 'BOLLYCAO' EN COLEGIOS BAJO MULTA DE 250.000 EUROS

La ley andaluza para la Promoción de una Vida Saludable obliga a  bares y restaurantes  a ofrecer de forma gratuita un recipiente con agua y vasos para sus clientes

DANIEL CELA
Andalucía se ha convertido en la primera comunidad autónoma que legisla contra la obesidad y lo ha hecho con la misma virulencia que antaño ejerció el Gobierno de España contra el tabaco. No en vano, el Ejecutivo de Susana Díaz otorga a los trastornos alimenticios la consideración de “pandemia” del siglo XXI. La obesidad afecta al 16,6% de la población adulta y a uno de cada cuatro niños andaluces, el grupo más vulnerable y en el que más se ha pensado al diseñar la ley.
Quizá por eso, la norma trae consigo todo un catálogo de medidas punitivas contra aquellos que faciliten a los jóvenes productos asociados a la obesidad infantil, desde el cierre temporal de un negocio de hostelería, el embargo de bienes o la retirada de la mercancía, hasta multas por valor de 250.000 euros.
La Junta de Andalucía ha prohibido por ley la venta de bollería industrial y bebidas azucaradas en los centros escolares de esta región. La norma, que ha entrado en vigor este mes, obliga a los colegios de Infantil y Primaria a retirar las máquinas expendedoras automáticas que facilitan estos productos, pero afectará mucho más a los institutos de Secundaria y Bachillerato, donde sí se permite la presencia de estos dispositivos, pero sujeta a ciertas reglas y, por supuesto, prohibiendo la venta en centros docentes de alimentos y bebidas proscritas, a saber, “con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal o azúcares”. El mismo reglamento se aplicará a las cantinas, bares y comedores ubicados dentro de instalaciones escolares.
Un Bollycao, por mencionar alguno de los alimentos vetados, excede de las 200 kilocalorías que la ley ha fijado como tope. Una Coca Cola, una Pepsi o un refresco similar contiene un exceso de azúcares y sustancias estimulantes cuya venta está prohibida en las escuelas andaluzas y, desde ahora, sujeta a condiciones en otros edificios públicos, por ejemplo un centro de salud.
Los hospitales y ambulatorios andaluces no tendrán que retirar las máquinas de refrescos y café (la cafeína también está vetada), pero sí están obligados a instalar una fuente de agua natural justo al lado o, en su defecto, introducir botellas de agua en las máquinas expendedoras de refrescos.
Las empresas responsables de las máquinas expendedoras tendrán que ofrecer agua potable en los centros educativos, bien habilitando fuentes a una distancia máxima de dos metros de la máquina, bien integrando el acceso al agua en el propio dispositivo. La ley también les obliga a mostrar en un lugar visible para los alumnos “la cantidad de calorías netas por porción envasada” de los alimentos que se venden en un instituto.
La ley andaluza contra la obesidad (nombre oficial Ley para la Promoción de una Vida Saludable) ha tardado más de dos años en ver la luz, en parte por la resistencia que ha ofrecido el sector de la hostelería y las empresas que distribuyen los alimentos proscritos, que afrontan las sanciones más duras recogidas en la ley. El texto final ha rebajado el volumen de las multas respecto al primer borrador (la horquilla llegaba a los 300.000 euros), pero siguen siendo cuantiosas: una falta leve está castigada por debajo de 3.000 euros y una infracción muy grave hasta 250.000 euros.
Se considera falta leve, por ejemplo, que un centro educativo no compruebe si las máquinas expendedoras informan de manera clara del impacto que pueden tener los productos que venden en la salud de los niños (del mismo modo en que aparece en las cajetillas de tabaco). En este caso, también supone una falta leve el no ponerse en contacto con las empresas fabricantes o distribuidoras de dichos productos para reclamar la información que exige la ley.
Una falta grave, multada con 3.000 a 15.000 euros, amenaza a las empresas de catering (y también a la dirección de centros) que dispensen en los centros educativos “menús no adaptados a las necesidades nutricionales del alumnado”. Tiene la misma consideración penal “la promoción y publicidad de alimentos envasados o bebidas refrescantes” que vulneren los “criterios nutricionales” que establece la ley “en los centros sanitarios con atención a menores en edad pediátrica”. También es una sanción grave que los bares no oferten el acceso gratuito a agua potable.

El catálogo de infracciones muy graves es el más extenso, e incluye la prohibición de la venta en centros escolares de alimentos y bebidas saturados de grasas y azúcares. La ley también prohíbe a las empresas que fabrican o distribuyen estos productos hacer campañas de promoción alimentaria, promoción del deporte (una carrera popular) o patrocinios de equipos y eventos deportivos en el ámbito académico “sin estar autorizado para ello”. Además está multado con hasta 250.000 euros la instalación de máquinas expendedoras en colegios de Infantil y Primaria, así como la venta de alimentos envasados y bebidas perniciosas en fiestas y celebraciones escolares.
Leer más y fuente:
http://www.publico.es/sociedad/andalucia-prohibe-vender-coca-cola-bollycao-colegios-multa-250000-euros.html

 OBSERVACIÓN: El contenido de la información ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias