Buscar este blog

martes, 30 de septiembre de 2014

EL ICTUS SI ES UN PROBLEMA QUE AFECTA A TODOS

Hoy ha fallecido a los 75 años y de una embolia pulmonar, el que fuera ministro de economía con el primer gobierno socialista, Miguel Boyer.

Miguel Boyer ha fallecido, al igual que otros miles de ciudadanos anónimos españoles, tras haber padecido un ICTUS. Una enfermedad que en nuestro país se mantiene en niveles de incidencia muy elevados, siendo la segunda causa de muerte y la primera en mujeres. Cada año afecta a 130.000 personas aproximadamente, de estas últimas, 80.000 fallecen o quedan discapacitadas.

Seguro que el exministro ha tenido a su alrededor unos excelentes cuidados médicos, además de cualificados fisioterapeutas que hicieron lo imposible para recuperarle tal y como publicaba una conocida revista del corazón hace varios meses.

Cabe recordar que esta enfermedad no distingue de cargos políticos, rangos sociales, profesiones, status económico, etc y arremete contra quienes, por un motivo u otro, son susceptibles de padecerla.

Sirva la muerte del exministro para recordar también a los miles de ciudadanos anónimos que fallecieron sin tener la menor oportunidad de unas atenciones médicas adecuadas, de unos fisioterapeutas a los que no podían acceder por falta de recursos económicos y a los que una embolia pulmonar les segó la vida sin que nadie, salvo sus seres queridos, les hayan dedicado un emotivo recuerdo.




La redacción

  

lunes, 29 de septiembre de 2014

MAYORES EN FORMA PARA ALEJAR LA DEPENDENCIA

EL PROYECTO TESEO OFRECE TERAPIAS COGNITIVAS Y FUNCIONALES PARA EVITAR QUE LA RESIDENCIA SEA LA ÚNICA OPCIÓN

UN REPORTAJE DE GORKA ALONSO | FOTOGRAFÍA IBAN AGUINAGA - Domingo, 28 de Septiembre de 2014 - Actualizado a las 06:06h

Juana Cibirain (izquierda) trabaja la movilidad de las articulaciones en una terapia de recuperación dirigida por Elena Galar (derecha), terapeuta ocupacional del proyecto Teseo. (IBAN AGUINAGA)

    Es posible ser una persona mayor y que la dependencia no se convierta en una condena. El ictus se ha convertido en la tercera causa de muerte en Europa y asciende hasta el primer puesto en el caso de las mujeres, pero sobrevivir a él deja, en la gran mayoría de los casos, secuelas de por vida. Recuperar la movilidad, el habla y volver a ser independiente supone una ardua tarea de rehabilitación que implica constancia y, sobre todo, una actitud positiva y entusiasta. Es el caso de Juana Cibiriain, que hace cinco meses comenzó una terapia funcional dirigida por el proyecto Teseo, una iniciativa impulsada por Lorea Urabayen, trabajadora social, y Elena Galar, terapeuta ocupacional.
    Junto a la rehabilitación tras un ictus, una caída o una operación, Teseo se postula como un proyecto que permite a las personas de edad avanzada continuar con su vida en su propio domicilio sin tener que acudir a una residencia de ancianos o convertirse en dependientes. Las terapias a nivel cognitivo y funcional vertebran la razón de ser del proyecto puesto en marcha hace dos años.
    Parkinson, alzheimer y una gran cantidad de variantes que van desde la pérdida de memoria hasta la limitación de funciones básicas como el habla o la movilidad proliferan entre los mayores y, en muchos casos, la clave es la estimulación sensorial para frenar o limitar el avance de esas enfermedades de las que todavía no se conocen todos los entresijos. “Nos dedicamos a atender a personas mayores que desean seguir en su casa pero que precisan de un apoyo profesional en cuanto a estimulación para mantener su capacidad en las actividades diarias”, explica Lorea Urabayen.
    SOCIALIZAR, LA CLAVE A través de la estimulación cognitiva, para favorecer la autonomía funcional, y también mediante el reforzamiento del autoestima, Teseo ofrece trabajos individualizados en domicilio combinados con otros de carácter social para evitar el aislamiento. “Son personas que en el proceso de quedarse dependientes tienen sentimientos de frustración, el autoestima baja y dificulta estar en el domicilio”, explica.
    Las terapias individuales en el salón de casa, con flexibilidad en horarios y días, fueron el punto de partida del proyecto, pero el éxito ha llegado con la incorporación de terapias grupales. “Cuando las habilidades empiezan a disminuir, nos cuesta relacionarnos porque nos ponemos más nerviosos, pero con las terapias grupales se vuelven a crear lazos de socialización en un espacio en el que se sienten cómodos”, relata.
    Durante hora y media cada día (dos a la semana) los mayores “tienen una vía de escape, una momento de ocio terapéutico” en los talleres de rehabilitación. “Entremezcla el nivel cognitivo y el funcional a través de gimnasia de mantenimiento. En grupos de unas 8 personas, permite un ambiente más distendido y hay veces que admiten un ocio real como de trabajo con bolos, cartas...”, relata. De hecho, esta interacción es una de las claves del éxito, tal y como explica Ángel González, yerno de Juana: “Ella viene muy contenta porque sabe que está animada, con gente, y progresa mucho en su rehabilitación en el ictus. Termina de comer y se va pronto a echarse la siesta para llegar a la terapia con energía y poder hacer los ejercicios de pelotas y aros”.
    EL PROYECTO, EN DOS PARTES La terapia cognitiva, que requiere una valoración previa en el domicilio para determinar los ejercicios que necesita cada persona, consiste en mezclar el trabajo de fichas con otras labores orales. Se potencian la atención, la memoria, el lenguaje, el cálculo y la percepción.
    La terapia funcional es el segundo eje sobre el que gira Teseo. Se trata de pequeños ejercicios de gimnasia “que se hacen casi siempre sentados porque los mayores no aguantan un entrenamiento físico más fuerte”, añade. “Se hace de la cabeza a los pies, una rutina de ejercicios de cabeza, brazos, tronco y piernas. Añadimos pesas para tonificación muscular, y aros o pelotas que permitan trabajar lo que se necesita”, puntualiza. Hace hincapié en la prevención de la artrosis y el equilibrio.
    La aplicación práctica de estos ejercicios es fundamental, ya que “con el aro en una mano hay que meter la pierna contraria y simboliza el movimiento para meter un pantalón”. “Buscamos objetivos del día a día, seguir colaborando en el vestir. Con la gimnasia de brazos hay que intentar ponerse la chaqueta, la camiseta...”, expone Urabayen. Los ejercicios se hacen “a modo de espejo para favorecer la lateralidad del cuerpo, la percepción de cada uno”, añade.
    Según explican desde Teseo se trata de “un descanso para el cuidador previo a acudir a un centro de día”. “No es incompatible con el resto de recursos, ya que nuestro servicio es para cuando te estás dando cuenta de que pierdes facultades y tienes la conciencia de que quieres trabajar para estar bien”.
    La labor con el anciano se combina, además, con el apoyo familiar. Desde Teseo aconsejan sobre los servicios a los que deben acudir y les ofrecen soporte psicológico, cuando el paciente tiene días complicados, así como potenciar la motivación de los mayores por parte de la familia. Actualmente centran su actividad en Pamplona y Estella, aunque también quieren adentrarse en la zona de la Ribera, sobre todo porque han comenzado a registrar una mayor demanda de personas entre 55 y 65 años, con afecciones cerebrovasculares preocupadas por volverse dependientes siendo todavía jóvenes.
    Fuente

    ESTATINAS PODRÍAN INCREMENTAR LA SUPERVIVENCIA EN ICTUS HEMORRÁGIC

    Los resultados de un estudio de JAMA Neurology en enfermos hospitalizados hallan un efecto positivo muy marcado. Contradicen la práctica clínica y trabajos previos que las relacionan con más hemorragias.


    Naiara Brocal Carrasco 29/09/2014
    Fuente:


    "LO QUE MÁS ME GUSTA ES HACER COSAS QUE NO HA HECHO NADIE"

    EJERCE EN EL HOSPITAL VALL D'HEBRÓN DE BARCELONA Y LIDERA VARIAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ICTUS EN VACACIONES SIEMPRE VUELVE A SU CIUDAD NATAL.

    Joan Montaner Villalonga. Neurólogo

    JOAN Montaner Villalonga es ciudadano de Cádiz sólo en vacaciones. Es neurólogo en el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, donde lidera el Laboratorio de Investigación Neurovascular y el Grupo de Investigación de Enfermedades Neurovasculares. Pero sus padres y hermanos siguen viviendo aquí y le mantienen al día de todo lo que ocurre en la ciudad. Quedamos con él en el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), donde dirige desde el año pasado un laboratorio centrado en la investigación del ictus. Allí trabaja una semana al mes.

    -¿Es usted de Cádiz-Cádiz? 

    -Sí. Nací en Cádiz, en la plaza de las Viudas. En esa época había allí un ginecólogo que tenía una clínica, pero no me acuerdo cómo se llamaba. Estuvimos viviendo allí sólo un año porque mis padres trabajaban en Conil. Mi madre era profesora, daba clases allí. Mi padre es ingeniero de comunicaciones y trabajaba en la central de cables submarinos. Mi madre es de Menorca y mi padre de un pueblo perdido de los Pirineos catalanes, de ahí el tema de los apellidos.

    -Así que estudió en Conil.

    -Sí. Y luego, antes de empezar el instituto, me fui a Cádiz y estuve en el colegio Reyes Católicos. Me parece que llegué en 5º de EGB. Imagínate, me iba solo de Conil para Cádiz en el autobús todos los días. Después mis padres se vinieron a vivir a Cádiz. Recuerdo que más de un día me quedaba dormido en el autobús.

    -¿Qué otros recuerdos tiene de su infancia y juventud en Cádiz? 

    -Estudié en San Felipe Neri el BUP y el COU, y la carrera la hice en la Facultad de Medicina de Cádiz, con lo cual, tengo muchísimos recuerdos. Me acuerdo de la primera vez que fuimos a la playa. Me sorprendió la cantidad de algas que había, acostumbrados a la playa de Conil. Eso ha cambiado. Pero el olor a mar de las algas es una de las cosas que me encanta de Cádiz cuando voy. Mi madre ahora con el WhatsApp me da envidia, me envía fotos todas las semanas de la puesta de sol porque viven en el paseo marítimo. La época de la adolescencia fue fantástica en Cádiz. Recuerdo las salidas en Argüelles con los butanitos. Y la época de la Facultad de Medicina me marcó muchísimo. Fue muy importante, no sólo por la formación como médico. Era una época en la que había muchísima actividad de los estudiantes. Un grupo de gente nos encargamos de llevar la Asociación de Intercambios de Estudiantes de Medicina, y lo que hacíamos era que en verano nos repartíamos becas y te ibas a otro hospital de Europa a estudiar, y eso lo recuerdo con muchísimo cariño. Primero porque ayudábamos a mucha gente de Cádiz a que se fuera otros países a hacer una estancia, y luego porque yo también lo aproveché. Estuve en Hungría, en Dinamarca, en Turquía, Rusia..., la verdad es que nos pateamos media Europa gracias a estos intercambios. También traíamos a muchos extranjeros en verano a Cádiz y era muy divertido porque nos encargábamos de ellos.

    -Luego se fue a hacer la especialidad a Barcelona y se quedó allí. 

    -Desde la facultad ya me gustaban mucho las cosas relacionadas con el cerebro. De hecho, en algunos de estos intercambios, en Hungría, el segundo año o tercero de la facultad, me fui allí a hacer investigación con cosas de demencia. O sea, que la inquietud de hacer investigación la tenía ya prontito. Y luego me fui a Barcelona a hacer la especialidad. Sabía que quería hacer neurología, y hay buena neurología en varios sitios en España, pero Barcelona es como la cuna de la neurología española.

    -Estuvo también en Boston. 

    -Exacto. Cuando acabé la especialidad de neuro, como quería hacer investigación, ya empecé a hacer alguna cosa allí en Vall d'Hebrón, en el Hospital de Barcelona donde trabajo, y tuve la oportunidad de irme a hacer una estancia post doctoral a la Universidad de Harvard, a Boston, y fue también un periodo fantástico. Allí estuve sólo medio año, pero fue genial porque eso nos ha abierto las puertas a hacer cosas muy buenas de investigación con el grupo de Boston.

    -¿Cuándo supo que quería ser médico? 

    -Creo que en el instituto. Me gustaba mucho la biología y el tema del cerebro. Pero bueno, la verdad es que también me gusta mucho todo el tema de la creatividad, la innovación, el descubrir cosas nuevas, y creo que eso me ha marcado la carrera y todas las publicaciones. Lo que más me ha molado es encontrar cosas o hacer cosas que no ha hecho nadie. Es muy difícil de explicar cuando no trabajas en ciencias. Pero bueno, el subidón de saber que estás investigando algo que sólo tú en el mundo lo estás investigando o encontrar algo que sabes que tú eres la primera persona en el mundo que la ves o que la sabes, es brutal. En el instituto ya veía que eso me gustaba. Te digo lo del tema de la creación porque durante una época también pensé ser arquitecto. Me gustaba mucho, pero en el fondo creo que era por lo mismo, por hacer cosas nuevas, hacer un edificio nuevo chulísimo... Pero bueno, luego nos decían que la Facultad de Medicina es la más antigua de España y creo que también es inteligente aprovechar lo que tienes cerca. Supongo que volvería a hacer la carrera allí.

    -Entonces, ¿le gusta más la investigación que la parte asistencial? 

    -Está claro que cuando eres médico, lo eres para curar enfermos. Yo trabajo con un tipo de pacientes muy concretos: los enfermos que tienen ictus. El ictus es una enfermedad en la que se tapona una arteria del cerebro, no llega la sangre a esa parte del cerebro y te quedas sin poder hablar, sin mover medio cuerpo, etcétera. Es una enfermedad brutal, te cambia la vida de un momento para otro. Cuando empecé a hacer cosas de neuro, me gustaban más las enfermedades raras, de hecho, yo hice la segunda parte de la carrera de Medicina en Puerto Real y allí vi algunas familias con enfermedades genéticas neurológicas rarísimas y pensé que me encantaría trabajar en eso. Pero ya luego en Barcelona me sorprendió que enfermedades como el ictus fueran tan frecuentes. Piensa que es la primera causa de muerte en mujeres en nuestro país. Entonces, como médico, es brutal cuando curas a alguien así. Nosotros para tratar a esta gente, lo que tenemos que hacer es correr muchísimo en Urgencias porque para destapar la arteria que se ha cerrado tenemos como mucho cuatro horas y media desde que empiezan los síntomas. Si el enfermo se cura del todo, eso es... no te lo puedes imaginar. Te hace muchísima ilusión. Pero es cierto que al cabo de unos años de hacer neurología, si te gusta la investigación, te marcas otras metas más altas. Quieres no curar al caso concreto de ese paciente sino intentar buscar una cura para la enfermedad, algo que sirva para todo el mudo. Entonces, eso es lo que yo creo que te motiva el siguiente paso de la carrera profesional y es lo que hace que hoy en día, si tuviera que elegir, me gusta más la investigación que el día a día de la clínica. En Barcelona lo que suelo hacer es que cuatro días a la semana estoy en el laboratorio y un día veo pacientes. Esa proporción está bien.

    -En Barcelona lleva un proyecto de investigación sobre el ictus y desde el año pasado dirige otro en Sevilla. 

    -Exacto. El año pasado concedieron un proyecto europeo muy grande para hacer investigación traslacional en varios campos de la medicina. La investigación traslacional permite que sea mucho más rápido el llevar los descubrimientos al paciente. Entonces, esto es lo que queremos hacer aquí. Lo hacíamos en Barcelona y aquí sabían que éramos los mejores en Europa en este tipo de investigación y quisieron montar algo parecido. Con lo cual, para mí genial, era un reto importante pero bonito. En parte acepté por ser de aquí y porque en Andalucía tenemos un problema con esta enfermedad brutal. Por cosas que no sabemos bien del todo, es el sitio de España y de toda Europa donde más gente se muere por ictus. Tenemos un problemón tremendo. Y eso era algo que me llamaba mucho la atención y pensaba que con mi experiencia podía colaborar a cambiar un poco este escenario tan triste.

    -¿Para destacar en investigación hay que irse fuera de Cádiz? 

    -Si. Y de Barcelona también. Hay que irse a otro sitio. Puede ser que en Cádiz haya equipos de investigación o laboratorios muy buenos, pero lo importante de irse fuera no es sólo lo material, no son sólo los equipos de investigación; es ir a ver cómo piensa otra gente.

    -¿Cómo ve la sanidad andaluza? 

    -Hay cosas malas y buenas, como en todo en la vida. Hay una cosa que es muy importante, que a mí me animó a venir a hacer el proyecto, y es que el sistema sanitario andaluz se ha informatizado hasta tal punto, que todos los datos están en una gran base de datos y eso nos va a dar desde el punto de vista de la investigación un potencial brutal que no tienen otras regiones. Creo que en Andalucía estáis haciendo un esfuerzo por la innovación, eso también me ha encantado, el intentar que las cosas nuevas que se descubren se apliquen rápido, el tema de patentes, creación de empresas. Luego hay otras cosas que no me gustan. No me gusta el que haya un desequilibrio, que no sea lo mismo hoy en día que te dé un ictus en Sevilla que en Cádiz. Es que no es igual ni que te dé el ictus aquí al lado a que te dé más cerca de otro hospital. En Andalucía faltan unidades de ictus. Se ha demostrado que si tienes una unidad de ictus vas a salvar más la vida de los pacientes y seguimos en algunas capitales andaluzas sin unidades de ictus. Durante estos años haré todo el esfuerzo que haga falta para cambiar esto, y eso pasa por buscar la complicidad de la gente y de nuestros políticos. Es mentira que eso sea caro, al contrario, vamos a ahorrarles dinero. Esto es una inversión.

    -¿Cuál es su relación actual con Cádiz? 


    -Mi familia está toda allí. Entonces, voy todo lo que puedo, ahora un poco más. Solemos bajar en Navidad y en verano. Tengo dos hijas y han nacido en Cataluña, pero el tema de las raíces me parece importantísimo y ellas desde chiquititas se han ido a Cádiz todos los veranos, y me encanta ver que vuelven cada año y con los primos y los amigos es como si se hubieran visto antes de ayer. Supongo que idealizas una ciudad cuando estás mucho tiempo fuera. Siempre te gustaría volver y a veces cuando llevo 15 días, ya he visto a todo el mundo. También es verdad que cuando llevas mucho tiempo viviendo en ciudades grandotas, Cádiz te parece chiquitita, pero me encanta. A parte, como siempre he tenido esta idea en la cabeza de que Cádiz no es sólo Cádiz, sino el concepto de mancomunidad, entonces para mí Cádiz va hasta Conil, Tarifa...

    -¿Cómo ve la ciudad respecto a cuando vivía aquí? 


    -Más bonita. Cuando voy me gusta verla, es como comprobar que está todo ahí. Me gusta correr, lo primero que hago siempre que voy es eso. Ahora me gusta mucho que puedo llegar corriendo hasta el Castillo de San Sebastián. La visión que se tiene de toda la ciudad desde que lo abrieron me parece preciosa. Me gusta el simple recuerdo de Cádiz, que en casa lo tenemos. En el salón tengo el original de ese cuadro, que es gigante (haciendo referencia a uno de la serie Tintín en Cádiz de IconE que cuelga de la pared en su despacho de Sevilla y que aparece en la foto de esta página). Y también tenemos una pared toda llena de cuadros de torres de Cádiz. Quiero decir, que queremos mucho la ciudad y la tenemos presente.

    -¿No se ha planteado volver? 

    -Hombre, yo creo que lo del proyecto de Sevilla en el fondo es un poco volver a Andalucía. Piensa que la responsabilidad que me han dado con el proyecto este es brutal. Es que no es sólo la investigación, es la responsabilidad de llevar los pacientes con ictus de toda la ciudad de Sevilla, es organizar la atención al ictus en este millón de habitantes. Entonces, yo lo que creo es que de alguna forma el proyecto de aquí es como volver también un poco a Cádiz. Está ahí al lado. Veo impensable que si nosotros dentro de cinco años somos capaces de conseguir algún proyecto que funciona, no se aplicara también en Cádiz. Entonces, veo que es una forma de volver.

    Fuente:


    domingo, 28 de septiembre de 2014

    HALLAN UNA SUSTANCIA QUE PODRIA SER UN FUTURO FARMACO PARA EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS NEUROLOGICOS

    26/09/2014 08:54 h.imprimir

    Redacción. Madrid
    Según revela un estudio publicado en la revista ‘Stem Cell Research & Therapy’ se ha descubierto un compuesto bioactivo que se encuentra en la cúrcuma, un tipo planta utilizada como especia para la cocina, que promueve el desarrollo y diferenciación de las células madre en el cerebro. Un descubrimiento que podría ser un posible fármaco futuro para el tratamiento de trastornos neurológicos como el alzhéimer y el ictus.

    El estudio observó los efectos de esta planta sobre células madre endógenas neutras, que son las que se encuentran dentro de los cerebros adultos. Estas células juegan un papel fundamental en la autoreparación  y recuperación de la función principal cerebral en las enfermedades neurodegenerativas.

    Estudios anteriores demostraron que este compuesto puede bloquear la activación de las células que se encuentran en el cerebro y en la médula espinal. Cuando se activan, estas células provocan neuroinflamación, que se asocia con diferentes trastornos neurológicos, pero se desconocía el impacto de la  planta  en la capacidad del cerebro de autorepararse.

    Los investigadores del Instituto de Neurociencia y Medicina en Jülich, Alemania, estudiaron los efectos de la planta sobre la  reproducción y diferenciación de células endógenas neutras. Los investigadores cultivaron células madre endógenas neutras de ratas fetales y las hicieron crecer en seis concentraciones diferentes de la planta aromática en un periodo de 72 años. En algunas de las agrupaciones este compuesto demostró elevar el desarrollo  de la célula  madre hasta un 80 por ciento, sin tener ningún impacto en la muerte celular.

    “Aunque se han descrito varias sustancias que promueven la proliferación de células madre en el cerebro, menos fármacos promueven también la diferenciación de células madre en neuronas, lo que constituye  un objetivo importante en la medicina regenerativa”, ha manifestado Adele Rueger, autora principal del estudio.
     
    Fuente<.