El centro sanitario ovetense prevé alcanzar en 2014 el centenar
de pacientes a los que se extrae un trombo
28.10.2014 | 04:04
Pablo ÁLVAREZ
La unidad de
tratamiento del ictus, una de las "joyas de la corona" del Hospital
Universitario Central de Asturias (HUCA), salva cada año unas 150 vidas, según
subrayaron ayer sus responsables. La citada unidad registra anualmente entre
500 y 600 ingresos de personas que han sufrido un accidente cerebro-vascular.
"Es un centro en el que convergen múltiples esfuerzos de todo el Hospital
Central", señaló el neurólogo Sergio Calleja, responsable de un área del
HUCA emplazada en la octava planta del edificio de hospitalización.
"Nuestra intención es mimarla y cuidarla, porque está
absolutamente consolidada y tiene unos resultados espectaculares", aseveró
Miguel Rodríguez, director del Hospital Central, en alusión a una unidad que
lleva en marcha cuatro años. En el edificio de La Cadellada comenzó a funcionar
a finales del pasado mes de agosto. La estancia media de los enfermos suele
oscilar entre dos y tres días.
Ayer, a la presentación de las nuevas instalaciones a los medios
de comunicación asistió el consejero de Sanidad del Principado, Faustino
Blanco, con motivo de la celebración, mañana miércoles, del Día Mundial del
Ictus. A juicio del titular de Sanidad, se trata de un equipamiento que, en
realidad, viene a ser "una cadena" cuyos eslabones funcionan de forma
muy satisfactoria gracias a la "organización, cohesión y diálogo entre
distintos ámbitos del sistema sanitario".
El doctor Calleja ilustró esta afirmación del Consejero haciendo
hincapié en que la cadena comienza con los médicos de las uvis móviles de la
región, quienes han adquirido "una gran cualificación" que les
permite cribar y determinar las necesidades de cada enfermo desde el primer
momento. Una primera decisión que incluye la elección del hospital al que el
enfermo es trasladado. Estos conocimientos son decisivos en el abordaje del
ictus, pues la rapidez y el acierto en la primera respuesta condiciona en gran
medida la recuperación y el nivel de secuelas que pueda dejar el accidente
cerebro-vascular.
Asimismo, Sergio Calleja hizo hincapié en el "papel
clave" que desempeña el personal de enfermería. "Los cuidados en la
unidad disminuyen la mortalidad de pacientes hasta en un 25 por ciento, y la
morbimortalidad (la mortalidad y la tasa de discapacidad) hasta en un 25 ó 30
por ciento", afirmó el responsable de la unidad de ictus del HUCA. El
especialista señaló que tanto la unidad del Hospital Central como la del
hospital gijonés de Cabueñes "son de las pocas que cumplen el ratio de
camas de unidad de ictus por población que recomiendan la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y las sociedades científicas".
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