El envejecimiento
reduce la energía, la fortaleza y el deseo sexual en la mayoría de los hombres.
La Food and Drug Administration (FDA) de EEUU está decidiendo si es seguro
tomar suplementos hormonales de testosterona para frenar ese declive natural.
Más de 2,3 millones de estadounidenses
usaron productos con testosterona el año pasado, el doble que en 2008. Pero hay
expertos que dicen que su consumo incrementa el riesgo de sufrir un ataque al
corazón. Los productos con testosterona se aprobaron en la década de 1950 para
el tratamiento de deficiencias hormonales graves.
Un comité asesor de la
FDA recomendó en septiembre a la agencia que exigiera a los fabricantes de
productos con testosterona hacer estudios para ver si conllevan riesgos
cardiovasculares y que en sus prospectos se indicara que no se ha demostrado
que son seguros y eficaces para incrementar las concentraciones de
testosterona.
La testosterona es una
hormona esteroidea masculina cuyas concentraciones aumentan considerablemente
en la pubertad, alcanzan su nivel máximo a los 30-35 años y luego van
descendiendo gradualmente a un ritmo del 1% al año, lo que reduce la energía,
aumenta el nivel de grasa y se asocia a depresión, problemas de memoria y
pérdida de deseo sexual.
Según el comité de la
FDA, solamente la mitad de los hombres a los que se les receta testosterona
tienen un diagnóstico formal de deficiencia de la hormona, y al 21% de los
hombres a los que se les receta testosterona no se les hace un análisis ni
antes ni después de recetársela.
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