Abrir las arterias cuando están obstruidas y colocar una especie de malla metálica («stent»)
salva vidas y reduce los daños de un ataque al corazón. Pero todavía había
dudas sobre las ventajas de aplicar la misma estrategia en los vasos sanguíneos
del cerebro cuando el infarto (ictus) se produce en el cerebro. Un estudio
europeo, publicado en «New England Journal of Medicine» ha acabado con los
recelos. Ha demostrado que la mayoría de los pacientes con ictus grave logran
una mejor y más rápida recuperación si se elimina la obstrucción con rapidez
haciendo una pequeña intervención. Esto es, capturar el coágulo y extraerlo con
un catéter y después dejar alojada la prótesis para que no se vuelva a
obstruir.
El catéter se inserta en un vaso
sanguíneo a través de una pequeña abertura en la ingle y desde allí los
cirujanos avanzan hacia una arteria en el cuello. Desde allí , un catéter
delgado navega hacia la arteria bloqueada en el cerebro. Esta maniobra delicada
la hacen neurorradiólogos y siempre acompañado de dispositivos de imagen para
vigilar el avance del catéter.
Leer más
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario