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sábado, 15 de julio de 2017

LABORATORIOS FINANCIAN A ASOCIACIONES DE PACIENTES PARA CONVERTIRLOS EN SUS AGENTES DE MARKETING

INDUSTRIA FARMACÉUTICA. Asociaciones de pacientes 

Los laboratorios presionan a través de las asociaciones de pacientes a las obras sociales y a los gobiernos para obligarlos a financiar medicamentos de alto costo, como acontece en España donde Gilead pretende vender su nuevo fármaco Sovaldi a más de 60 mil euros el tratamiento. 
No es el único caso, pues es una práctica extendida y que ha sido denunciada por medios especializados y académicos de Estados Unidos y Reino Unido que consideran a esas asociaciones como "una extensión de los departamentos de marketing" .
"La industria farmacéutica se interesa cada vez más en las asociaciones de enfermos como un relevo de comunicación y dentro de sus estrategias comerciales, promoviendo incluso la creación de algunas de ellas, como la National Alliance for The mentallly Illnessl (Alianza Nacional para los Enfermos Mentales ) organismo relacionado con Lilly en Estados Unidos y la Asociación Action for Acces (Acción para el acceso) creada por Biogen en Inglaterra", denunció Andrew Herxheimer, profesor emérito del Cochrane Centre del Reino Unido en "Relationships between the pharmaceutical industry and patients' organisations".
En el plano internacional la industria farmacéutica apoya a una seria de asociaciones o federaciones como la Internacional Alliance of Patient`s Organisation (Alianza Internacional de Organizaciones de Pacientes (IAPO), escribió el sitio especializado Rev Prescrire en 2005.
"Es hora que los reguladores de medicamentos y los grupos de pacientes trabajen juntos" es la nota de encabezado de la página digital de IAPO para América Latina, en una solicitud que implícitamente apunta a hacer lobby por la aprobación de nuevos medicamentos, que a su vez son recomendados por los laboratorios como la panacea para todos sus males. Se supone que esas asociaciones deben ser las organizaciones de base que representen los intereses de las personas con enfermedades graves. 
Pero Drummond Rennie, profesor de medicina en la Universidad de California, San Francisco, y el editor adjunto de la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos, afirmó que "grupos de pacientes están peligrosamente cerca de convertirse en extensiones de los departamentos de marketing de las compañías farmacéuticas". "Hay una crisis aquí", sostiene Rennie, quien utiliza para describir este tipo de organizaciones la expresión "césped artificial", pues "originarias de las artes oscuras de la política y las relaciones públicas, en la práctica disfrazan una campaña orquestada como una sugerencia espontánea de la opinión pública". Otros especialistas de la salud no van tan lejos, pero también se sienten incómodos acerca de las relaciones financieras entre las compañías farmacéuticas y los grupos de pacientes prominentes.
"Creo que hay motivos para estar preocupados", afirmó Joel Lexchin, profesor de la Facultad de Salud de la Universidad de Nueva York (jlexchin@yorku.ca). Un informe del Boston Consulting Group (2003) señalaba que "las empresas tienen el poder de aumentar la demanda acompañando de forma continuada y bien dirigida cada decisión del consumidor". En la práctica "esas asociaciones demuestran ser muy útiles a las empresas farmacéuticas cuando se trata de autorizar la comercialización de un fármaco, de fijar un precio y, sobre todo, cuando la autoridad pública se muestra reacia ya sea a los precios muy elevados de los nuevos medicamentos o para fijar el porcentaje de reembolso de un medicamento por la seguridad social", reveló el libro "La fabricación de nuevas patologías: de la salud a la enfermedad" de Emilio La Rosa (FCE). Los 800 mil españoles enfermos de Hepatitis C tienen el derecho de reclamar Sovaldi para "todos y todas" como enarbolan sus pancartas frente al Ministerio de Salud y en el hospital de Madrid donde se han abroquelado.
Pero esos pacientes que demandan Sovaldi para curarse de su enfermedad, desconocen que el laboratorio Gilead el año pasado repartió 250 mil euros entre asociaciones de pacientes que sufren de patologías que pueden ser "curadas" por sus medicamentos. El gobierno español del Partido Popular solo promete financiar el medicamento Sovaldi –cuya efectividad no está en debate- solo para los casos críticos que no superan los cinco mil. Los partidos opositores Podemos y el PSOE obviamente han adoptado como propias las demandas de los enfermos.
Sin embargo, hay dos cuestiones que pasan casi desapercibidas en medio de la polémica: El abuso de mercado de las patentes farmacéuticas y el financiamiento por parte de los laboratorios para que los pacientes golpeen las puertas de los despachos oficiales, los hospitales y la seguridad social reclamando su medicamento. Gilead, por ejemplo, financia asociaciones de pacientes, incluidas las de enfermos de Hepatitis, denunció el periodista especializado Miguel Jara, precisando los "aportes" que el laboratorio multinacional realiza en España. Jara aseguró que varias asociaciones de pacientes "reciben jugosas subvenciones de esta multinacional, que luego exige hasta 60 mil euros (mil dólares por píldora) por un tratamiento para la hepatitis C".
"Se aprovecha así del sufrimiento de personas necesitadas de un tratamiento que presionan, como no podía ser de otro modo, para que este llegue", escribió Miguel Jara. Los pacientes presionan y, por causas humanitarias, es difícil polemizar con ellos sobre el lobby empresario. Pero las entidades científicas también hacen silencio. La Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad de Ciudad Real afirmó que "nos llama poderosamente la atención el silencio de la mayoría de las sociedades científicas respecto al precio impuesto por la multinacional". "Al margen de casos más oscuros, hay hechos incontrovertibles que podrían explicar ese silencio como que prácticamente todos los congresos de especialidades médicas están financiados por la industria farmacéutica", denunció la Coordinadora en una nota titulada "Los recortes matan, las patentes rematan".
Gilead no es precisamente un mecenas desinteresado. Alcanza para percibir sus intenciones con revisar la lista de asociaciones de pacientes que reciben sus subvenciones. -Asociación de Personas que Convivimos con el VIH/SIDA (ADHARA) Programa de detección precoz del VIH, hepatitis B, hepatitis C y sífilis 8.000 Euros -Foro Español de Activistas en Tratamientos del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (FEAT) Acto educativo sobre la hepatitis C 5.000 euros -Asociación Itxarobide: Apoyo e Información a Portadores del VIH y Hepatitis Programa de apoyo a pacientes con VIH y hepatitis virales 7.000 euros -Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT) Campaña de concienciación sobre la hepatitis C 4.000 euros -Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT) Campaña de concienciación sobre la hepatitis C 4.000 euros También en Estados Unidos, se repite una situación similar: El 77 por ciento del presupuesto de la Asociación Depression and Bipolar Support Alliance fue patrocinado por 15 aportantes, de los cuales 12 eran laboratorios farmacéuticos. Restless Legs Syndrome Foundation recibió en 2005 una donación de 4.500.000 dólares (32 por ciento de su presupuesto) del laboratorio Glaxo que comercializa Adartrel (ropinirol) y 178 mil dólares del laboratorio Boehringer Ingelheim que comercializa Sifrol (pramipexol), ambos fármacos recetados para combatir el síndome de las piernas inquietas (SPI).
Un relevamiento de 69 sitios web de asociaciones de pacientes de Estados Unidos e internacionales indicó que la tercera parte de sus fuentes de financiamiento "no son transparentes", el 46 por ciento de esas asociaciones no publicaron su informe financiero anual y ninguna comunicó claramente el porcentaje de donaciones que proviene de la industria farmacéutica (BMC Public Health 2006).
En Estados Unidos el 20 por ciento del financiamiento de siete asociaciones de pacientes proviene de donaciones de compañías farmacéuticas. De las siete, cuatro han participado en actividades relacionadas con la mongering disease : mecanismos para ampliar inútilmente las definiciones de las afecciones con el objetivo de tener más pacientes y aumentar de esta forma el mercado del medicamento, denunciaron Jessica Marshall y Peter Aldhous en el ensayo "Patient groups special Patient groups special: Swallowing the best advice?", publicado por New Scientist en 2006. Una de las asociaciones española ahora movilizada en pos de conseguir Sovaldi para "todos y todas" es la Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT) beneficiada con 400 mil euros durante el año pasado. "Colaboramos en lo que podemos con todos los laboratorios y con sus aportaciones mantenemos la web y soltamos globos en el Día Internacional de la Hepatitis", explicaron sus voceros sobre el destino de la subvención. Aún más evidente es la fundación "Somos Pacientes", entidad de segunda grado que agrupa a otras asociaciones y que nació en 2012 de la mano de la patronal Farmaindustria de la que recibe subvenciones y apoyo logístico.

"La Fundación Farmaindustria ha lanzado la comunidad Somos Pacientes, que ofrece un espacio compartido de información, participación, formación, servicios y trabajo colaborativo dirigido a todas las asociaciones de pacientes (y discapacitados) de España así como a los familiares de pacientes, cuidadores, profesionales sanitarios y personas que de una forma directa o indirecta se interesen por la salud. Somos Pacientes es un proyecto participativo, social y sin ánimo de lucro", se lee en la página oficial de la entidad. Somos Pacientes integra el Foro Español de Pacientes que dice representar a casi 300 mil enfermos y posee una denominada Universidad de Los Pacientes en Barcelona cuyas aulas han sido bautizadas con el nombre de los laboratorios auspiciantes: "Aula Janssen-Cilag de Salud Mental", "Aula Abbott de Dolor", Aula MSD de Diabetes", "Aula Sanofi Aventis de obesidad", "Aula Novartis de Salud cardiovascular", entre otras.
Leer más y fuente:

http://www.visitadoresmedicos.com/novedades/21.html


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