En uno de los casos en los que ha ayudado Médicos del Mundo, un joven recibió una factura de 10.000 euros por la muerte de su padre en la UCI del Complejo Hospitalario de Navarra.
Nueve casos como este han llegado a las oficinas de la ONG
este año, pero son "la punta del iceberg" de la situación sanitaria
de los inmigrantes en la Comunidad Foral.

Otro de los casos afecta a dos familias que acudieron al
Centro de Salud por sus hijos que, en los dos casos, tenían una alergia
bastante común. En este caso sí fueron atendidos, pero al no tener tarjeta
sanitaria, tenían que pagar íntegramente el precio de las vacunas para los
niños, que supone entre 200 y 300 euros cada dosis, siendo necesaria más de
una. Un caso en el que las familias no podían hacer frente a este pago, que
cualquier ciudadano con tarjeta sanitaria no tendría que haber afrontado.
Otro de los casos fue la facturación a un paciente que se
realizó por su atención en Urgencias. Al llegar a la consulta el médico enseña
la factura al paciente, factura que días después llega a su domicilio. En este
caso, como en la mayoría de casos en los que hay que reclamar una factura,
desde Médicos del Mundo derivan al paciente al trabajador social del hospital o
del centro de salud, del lugar en el que se haya emitido la factura y, en la
mayoría de los casos, la factura se anula. El peligro que detectan desde la
asociación es que no todos los inmigrantes que reciben facturas acuden en busca
de ayuda o conocen el trámite que tienen que seguir para reclamar la
facturación, por lo que pagan y no vuelven al médico.
Otro de los casos sí conlleva la falta de asistencia, y
es el de un paciente que no fue atendido por tener una tarjeta sanitaria de
otra comundiad. Fue remitido al Instituto Navarro de Salud para hacerse una
tarjeta de Navarra, lo que conllevó una espera de tres meses hasta que
consiguió la cita médica. Situación que no se produce habitualmente con
pacientes de otras Comunidades Autónomas que no son inmigrantes, y son
atendidos sin tener que realizar ningún trámite.
Uno de los casos más recientes llegó a Médicos del Mundo
hace dos semanas. Se trataba de una pareja que acababa de tener un hijo en el
Servicio Navarro de Salud sin ningún impedimento. Sin embargo, al pedir la
primera cita con el pediatra a los cinco días del nacimiento, le fue denegada
por no tener tarjeta sanitaria. Un caso que llama la atención porque incluso la
legislación estatal, ya no la navarra, incluye a los menores en la atención
gratuita. En este caso, dicen desde la ONG, la pareja decidió solucionar el
problema por su cuenta tras conocer que, legalmente, su hijo tenía derecho a
esa consulta pediátrica.
Acompañado por un integrante de la ONG
El último caso que han atendido también ha supuesto
problemas por parte del Servicio Navarro de Salud para ser atendido. Se trata
de un inmigrante que llegó a urgencias donde se encontró con
"reticencia" para ser atendido. Ese inmigrante iba acompañado por un
voluntario de la asociación que se identificó al ver los problemas que tenía
para ser visto por el médico. En ese momento, dicen desde la ONG, los problemas
se terminaron y fue atendido, aunque, eso sí, se le enseñó la factura
correspondiente de lo que le iba a costar la consulta.
Estos nueve casos son, según Médicos del Mundo, la punta
del iceberg de lo que está sucediendo en la sanidad navarra pese a contar con
una ley propia que anula el decreto estatal y que garantiza la sanidad universal
y gratuita a todas las personas que residen en la Comunidad foral.
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