En el Día Mundial de esta enfermedad, la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Sánchez Rubio incide en la
concienciación sobre los factores de riesgo y los síntomas de alarma, así como
en coordinar esfuerzos asistenciales, formativos y de investigación.
Andalucía impulsa a nivel nacional una
investigación que permitirá desarrollar, en los próximos dos años, una
plataforma tecnológica de atención al ictus en fase aguda y que acaba de
recibir el respaldo del Instituto de Salud Carlos III, con una financiación de
198.100 euros, dentro de la convocatoria anual de desarrollo tecnológico en
salud, en la categoría de "Proyectos basados en unos resultados o
experiencias preliminares ya contrastados y que muestren potencial de
transferencia al Sistema Nacional de Salud".
El proyecto de investigación ‘Plataforma de
abordaje integral del ictus en fase aguda (Aid-Ictus)’, que lidera la neuróloga
Dolores Jiménez, directora del Plan de Andaluz de Atención al Ictus y directora
de la Unidad de Gestión Clínica de Neurociencias de los hospitales
universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla, en colaboración
con el Grupo de Innovación Tecnológica de dichos hospitales, se llevará a cabo
de manera coordinada entre el Hospital Virgen del Rocío y la Empresa Pública de
Emergencias Sanitarias de Andalucía (EPES 061), con la participación del
Consorcio Sanitario Público del Aljarafe.
El objetivo final es diseñar, desarrollar y
validar una plataforma tecnológica capaz de dar soporte a un plan integrado de
atención al ictus en fase aguda, coordinando la atención clínica de esta
enfermedad, primera causa de muerte en mujeres y segunda en hombres. Dicha
herramienta combinará tecnologías avanzadas de aplicación en los distintos
escenarios asistenciales y permitirá compartir información y
conocimientoentre médicos de urgenicas y emergencias, especialistas de
neurología, neurocirugía y medicina intensiva en tiempo real para garantizar
una asistencia de calidad en términos de seguridad del paciente, equidad en el
acceso al servicio y optimización del uso de recursos sanitarios.
Entre las características técnicas de esta nueva
herramienta en la que trabajará el equipo de investigación de la sanidad
pública andaluza, destaca que permitirá el intercambio de información clínica
de valor, incluyendo pruebas de laboratorio, TAC, resonancia magnética, hoja de
interconsulta, etc. Asimismo, favorecerá la exploración conjunta del paciente
por los equipos que intervienen gracias a un sistema de videoconferencia.
También es clave el desarrollo y despliegue
de un servicio de soporte a la toma de decisiones clínicas basado en la
evidencia científica y en guías clínicas, proporcionando recomendaciones
clínicas, diagnósticas y terapéuticas actualizables y retroalimentadas con la
experiencias obtenida en el manejo de la enfermedad y permitiendo decidir sobre
la necesidad de trasladar al paciente al hospital de referencia. El reto de la
interoperabilidad se ha considerado igualmente fundamental, en cuanto la
plataforma debe compartir datos con los sistemas de información hospitalarios.
La experiencia de la telemedicina aplicada al
ictus del equipo de investigación andaluz, con las iniciativas consolidadas de
‘teleictus’ e ‘ictus móvil’ en el ámbito de Sevilla y Huelva, han permitido dar
ahora este importante paso, que de poder desarrollarse, podrá ser ‘exportable’
a otros programas asistenciales que permitan la teleasistencia y transferir los
resultados al Sistema Nacional de Salud y a la industria tecnológica,
estableciendo un marco para los derechos de propiedad intelectual y permitiendo
el retorno de la investigación no sólo en términos de salud sino también en
crecimiento económico y generación de empleo.
Día Mundial del Ictus
Para la consejera de Igualdad, Salud y Políticas
Sociales, María José Sánchez Rubio, el impulso de investigaciones clínicas y
tecnológicas en una enfermedad que sigue siendo el problema neurológico grave
más frecuente del mundo es una prioridad para el departamento que dirige, ya
que a pesar de los avances logrados en las últimas décadas, sigue causando
numerosos fallecimientos. A pesar del descenso progresivo de la mortalidad, el
envejecimiento de la población condiciona una mayor incidencia de la misma. En
los hospitales públicos andaluces, se atendió a 14.856 pacientes por esta causa
durante 2013 (8.162 hombres y 6.690 mujeres, con una edad media de 70,9 años).
De igual modo, la mejora de los cuidados y las
medidas de prevención determinan un incremento en la prevalencia de esta
enfermedad. Así, muchas de las personas que sobreviven a un ictus tienen un
importante grado de incapacidad y de dependencia, lo que lo convierte en una
enfermedad de alto impacto sociosanitario.
“Una de las prioridades fundamentales a la hora
de enfrentarnos a la carga que supone el ictus para la sociedad es la de
identificar las posibles causas de éste y los principales factores de riesgo,
para poder actuar sobre ellos y prevenir su aparición”, ha afirmado la titular
de Igualdad, Salud y Políticas Sociales del Gobierno andaluz.
Andalucía cuenta, desde 2011, con un Plan de
Atención al Ictus para favorecer la detección y el diagnóstico precoz de esta
enfermedad y mejorar la asistencia sanitaria a estos pacientes desde una
perspectiva integral. El Plan ha conllevado cambios organizativos para que
cualquier paciente que sufra un ictus tenga acceso al diagnóstico y tratamiento
en fase aguda, especialmente al tratamiento farmacológico trombolítico y está
también desarrollando el abordaje mediante neuroradiología intervencionista.
Para ello, se han consolidado equipos
multidisciplinares de ictus, unidades de ictus y unidades de referencia. La
formación específica para profesionales también está contemplada en este Plan,
con casi 1.000 profesionales formados en colaboración con la Escuela Andaluza
de Salud Pública; al igual que el impulso de la investigación, con proyectos
como el recientemente aprobado.
Los estudios epidemiológicos demuestran que el
ictus, tanto isquémico como hemorrágico, comparten factores de riesgo con las
otras manifestaciones clínicas de la arterosclerosis (cardiopatía isquémica,
isquemia periférica, etc.). La edad y la hipertensión arterial son los
principales factores de riesgo asociados al ictus. Así, alrededor del 70% de
pacientes con ictus, son hipertensos. Otros factores de riesgo como la
diabetes, la hiperlipemia, el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo no son
menos importantes y deben ser identificados y tratados, si es que no se han
abordado ya antes de haber sufrido un ictus.
De ahí que la información y el conocimiento que
la ciudadanía tengan de esta enfermedad y sus factores de riesgo sean otra
herramienta de lucha contra ella, por lo que las estrategias de concienciación
y prevención y las campañas de difusión de las instituciones sanitarias y las
sociedades científicas vuelcan sus esfuerzos en este aspecto, entendiendo que
pequeñas actuaciones protegen cerebros y salvan vidas. Para Sánchez Rubio, “es
muy necesaria la cooperación entre la administración, las personas afectadas,
sus familias y el resto de los agentes implicados en la recuperación e
integración de pacientes con ictus”.
Reconocer los signos de alarma y activar la
cadena asistencial
El ictus es un tipo de enfermedad
cerebrovascular caracterizada por una brusca interrupción del flujo sanguíneo
al cerebro, en el caso del ictus isquémico, o un derrame, en el caso del
hemorrágico. En ambos casos, pueden quedar afectadas las funciones del sistema
nervioso central, originando una serie de síntomas variables en función del
área cerebral afectada, como son adormecimiento o parálisis de la mitad del
cuerpo, confusión repentina y dificultad para hablar, dificultad de visión
repentina, inestabilidad, disminución del nivel de conciencia o aparición de
dolor de cabeza de forma brusca, entre otros.
Si bien, puede ser difícilmente identificable,
los síntomas o signos de alarma del ictus deben ser conocidos por la población
para, entre todos, poner en marcha los circuitos del Código Ictus.
Este código es un sistema de alerta inmediata
que activa el procedimiento de actuación sanitaria prehospitalaria basado en el
reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus con la consiguiente
priorización de cuidados y traslado inmediato por parte de los servicios de
Urgencia a un hospital cercano donde se puede llevar a cabo la terapia más
adecuada.
La activación del Código Ictus se considera ya
una prioridad básica en todos los centros sanitarios de la sanidad pública
andaluza y los propios equipos de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias
(EPES 061). En el último año el incremento de activación de este código se
sitúa en el 24,17%, lo que demuestra la valoración y preocupación que va
adquiriendo esta enfermedad en nuestro entorno. Concretamente, durante este año
los centros coordinadores de urgencias y emergencias del 061 han activado en
719 ocasiones el Código Ictus.
Para ayudar a la ciudadanía a detectar un ictus
y para que exista posibilidad de actuar con rapidez en caso de que se dé en su
entorno, la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales cuenta con un
folleto, accesible desde la web de la Consejería (www.juntadeandalucia.es/salud ), denominado ‘El tiempo es cerebro. Llama al 061’, con las
claves para realizar una actuación rápida y, por ende, mejorar la supervivencia
y las opciones terapéuticas de esta dolencia, puesto que los tratamientos más
eficaces deben administrarse en las horas posteriores al accidente.
Fuente:
1 comentario:
He descubierto su página ojeando Internet. Desgraciadamente desde 2014 la situación no ha mejorado, en Sevilla no hay Servicio de Neurocirujia en el Hospital Macarena, solo en horario laboral de Lunes a Viernes se puede realizar Trombectomia mecánica, si es necesario esa técnica ( la mas aconsejable según patología del usuario y tra fibrinolisis intravenosa ) se traslada al usuario a Córdoba donde tres Neurocirujanos de Guardia tienen que atender a una población diana de mas de 2.000.000 de personas ( Sevilla es referencia de capital y Provincia así como Huelva, Cádiz y Córdoba )
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