La dirección pospone hasta el nuevo hospital por motivos económicos su iniciativa de crear un área integral para tratar la enfermedad más letal.
Vigo
/ la voz 26 de octubre de 2014 05:00
Los neurólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo han diseñado en los
últimos años seis proyectos para crear una unidad de ictus. Pero el sexto
tampoco será el que salga adelante.
La dirección del Chuvi reconoce, a través de un
portavoz, que ha aparcado la posibilidad de crear una unidad especializada para
tratar a los pacientes de ictus antes del traslado al nuevo hospital. «Hemos
trabajado de forma muy intensa con el servicio de Neurología en los últimos
meses sobre la planificación y hemos estudiado diferentes alternativas, pero
finalmente, por razones coste-efectivas, hemos decidido esperar al nuevo
hospital», explican fuentes de la dirección de los hospitales públicos de Vigo. Es decir, será por dinero.
Pero con un contexto: en
Beade ya se contempla una unidad con seis camas y el traslado se hará el
próximo año. La dirección del Chuvi quiso adelantarse a ese proceso y crear una
unidad ahora, ubicada en el Meixoeiro, para que los neurólogos llegasen al
nuevo hospital ya entrenados en otra forma de trabajo. Se llegó a pensar en
dedicar seis camas y un espacio propio.
La unidad de ictus es un lugar donde se ingresa a los
pacientes con esta patología, que consiste en que un trombo tapona un vaso
sanguíneo del cerebro y provoca un infarto. Si es posible, se aplica el
tratamiento trombolítico, que es un medicamento que disuelve el trombo.
Aplicarlo o no aplicarlo depende del tiempo que transcurra entre que el
paciente sufre el infarto cerebral y se le trata. No es un tema menor. Los accidentes cerebrovasculares son la mayor causa de muerte en
Galicia, según el Instituto Nacional de Estadística. Son la primera causa de
discapacidad y la segunda de demencia, según los datos oficiales. Se tratan
unos seiscientos cada año en Vigo. Precisamente el miércoles se celebra el
Día Mundial del Ictus.
Galicia
En la comunidad gallega, solo el hospital de Santiago tiene una unidad de ictus, con cuatro
camas y un control de enfermería, dependiente del servicio de Neurología.
En Vigo, el último
proyecto contemplaba seis camas en el Meixoeiro. Además, se diseñó un sistema
de guardias mixtas: hay un neurólogo por la mañana en el horario convencional y
por la tarde está hasta las diez de la noche, desde esa hora es una guardia
localizada, es decir, está en su casa pendiente del móvil y, si lo llaman, va
al hospital. Además, la unidad necesitaba personal de enfermería
permanentemente, para vigilar a los ingresados, y poco aparataje médico.
Las conversaciones entre
el servicio de Neurología y la dirección del Chuvi fueron intensas.
Públicamente, esta llegó a asumir que se abriría en el primer trimestre del
2014, primero, y después de Semana Santa, después.
Pero las negociaciones
no cuajaron. Como los neurólogos llevan tanto tiempo reclamando que se cree
esta unidad, y lo han peleado con distintas direcciones, la querían ambiciosa.
Finalmente, ya en verano, la dirección decidió posponerla para no invertir más
en los hospitales actuales, cuando ya el traslado a Beade estaba a la vuelta de
la esquina. El Sergas planifica para julio la primera consulta en el nuevo
hospital y calcula que en otoño estaría completado el traslado de todos los
servicios asistenciales.
Con todo, la dirección
de los hospitales sigue siendo optimista. «El trabajo hecho nos sirve para
abrirla en el nuevo hospital, porque se ha avanzado mucho en las tareas de
planificación», dice un portavoz.
En el nuevo centro
sanitario sí hay planificada una unidad para tratar a estos pacientes. Tendrá
seis camas, una por cada cien mil habitantes del área de referencia, como
recomienda la Sociedad Española de Neurología. Tendrá un espacio propio
delimitado como tal. El equipamiento necesario se ha incluido en el plan de
compra de aparataje médico del nuevo hospital.
En lo que tampoco habrá
cambios de momento es en las guardias. En Vigo no hay guardias de neurología.
Los especialistas de este servicio hacen guardias, como todos, pero se integran
en las de medicina interna. De modo que cuando llega un paciente con un
accidente cerebrovascular o cualquier otra enfermedad neurológica, lo atiende
un internista, que puede ser un neurólogo o, más probablemente, no.
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