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viernes, 17 de octubre de 2014

CUALES SON NUESTROS MALOS HÁBITOS ALIMENTICIOS


El sobrepeso y la obesidad son por definición una enfermedad de origen multifactorial que en muchas ocasiones requiere de un tratamiento multidisciplinario pero en la cual, según la evidencia clínica, los malos hábitos alimenticios son una constante entre la mayoría de las personas afectadas. 

Resultado en gran parte de los modelos culturales y costumbres que los padres transmiten a sus hijos, los malos hábitos alimenticios son un factor determinante en la vida de los seres humanos que se establece desde el nacimiento a través del proceso de enseñanza-aprendizaje, centrado en la alimentación familiar, mismo que permanece más o menos constante a lo largo de la vida.

Gracias a la conducta delante de la mesa y a la manera de comer por parte de los padres y adultos con que conviven, los niños establecen en forma involuntaria e inconciente su relación con la comida, en la que forman sus ideas, gustos y preferencias en cuanto a la variedad y tipos de alimento, horarios, tamaños de las raciones y forma de preparación.

El aprendizaje en relación a la comida corre la mayor de las veces a través de la asociación que hacen los menores con el amor, ternura y cariño con que las madres preparan y sirven la comida, con las festividades y momentos sociales de reunión y con la manera que tiene la familia de premiar alguna situación, ocasiones en las que los alimentos juegan un papel central.

La comida está tan íntimamente asociada a la vida emocional de las personas, que un enorme porcentaje de ellas comen de manera desproporcionada lo mismo cuando están alegres que cuando tristes o enojados, cuando experimentan soledad, frustración o están nerviosos. 

Algunos malos hábitos alimenticios son tan comunes y se realizan tan mecánicamente que es difícil distinguirlos por quien los practica. A continuación una relación de las más comunes con objeto de que podamos identificar y transformar nuestras actitudes en aras de alcanzar una relación sana con la comida, a la vez que una vida saludable.

1. Iniciar el día, saltándose el desayuno. Con motivo de las presiones cotidianas, falta de tiempo y largos recorridos para llegar a los centros laborales, mucha gente tiene el mal hábito de no desayunar. Circunstancia que además de afectar la salud de las personas a causa de largo periodo de ayuno ocurrido durante el sueño y la necesidad que tiene el organismo de vitaminas, minerales, calcio, hierro y zinc, entre otros nutrientes, provoca que estas experimenten una sensación de hambre durante la mañana, e incurran al medio día en una comida excesiva.

2. Comer de manera rápida y sin masticar los alimentos. Muchas veces en forma inconsciente otras por falta de tiempo o nuestra mala organización, somos propensos a comer demasiado rápido y no damos tiempo a que los mecanismos neurofisiológicos de saciedad alimenticia reaccionen de manera que seguimos comiendo. La recomendación es comer despacio, masticar adecuadamente los alimentos y esperar unos minutos entre cada platillo.

3. Picar de aquí y de allá entre comidas. La mayor de las veces a causa de la ansiedad o imitación y sin tener realmente hambre, muchas veces comemos dulces y alimentos que suman calorías a nuestro cuerpo. La alternativa es ingerir a medio día y media tarde un par de galletas habaneras, comer un yogurt Light o tomar una tasa de té.
4. Saltarse las comidas. Otra vez a causa de nuestra mala organización alimentaría ya sea porque picoteamos alimentos aquí y allá o porque hacemos una comida muy abundante nos sentimos satisfechos durante muchas horas y no realizamos las otras comidas. Por ello es importante guardar una disciplina en los alimentos y realizar cinco comidas diarias con dosis menores entre comidas, tales como galletas habaneras, té o yogurt.

5. Abusar de los alimentos ricos en grasas y azucares. Aunque generalmente muy agradables al gusto, debemos evitar los embutidos, helados, quesos, pasteles, frutos secos, salsas, etcétera y sustituirlos por frutas y verduras, toda vez que además de contener fibra poseen menos cantidad de calorías.

6. Consumir alimentos chatarra que invitan a seguirlos comiendo. Algunos alimentos como papas fritas, frutos secos, cacahuates, gomitas y galletas contienen tal cantidad de sal y dulce que aumentan el apetito por lo que debe evitarse su compra y alejarse de ellos en reuniones.

7. Comer de forma excesiva los llamados productos Light. Es importante no confundir las propiedades de los productos Light y suponer que no engordan, porque aun cuando puedan contener menos calorías que otros productos, su consumo desproporcionado puede provocar precisamente que se suba de peso.

8. Consumir bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas aportan una cantidad importante de calorías a nuestra ingesta, tan sólo por mencionar algunos ejemplos un vaso de brandy proporciona dos cientos quince calorías, una cerveza noventa y media copa de vino tinto ochenta calorías, o lo que es lo mismo el equivalente a comer un bistec.

9. Acudir al almacén con hambre y acumular latas en la alacena. Es importante no llevar tentaciones al hogar, ni comprar alimentos por antojo porque es muy alta la probabilidad que comas más de lo necesario.

10. No tomar agua y beber líquidos con azúcar y gas. Es importante no sumar más azúcar en forma liquida a nuestro organismo. Ocho vasos de agua purificada diariamente es la mejor opción para una vida saludable.

Recuerde que el sobrepeso y la obesidad encierran innegables y graves consecuencias en la salud física, particularmente sobre el funcionamiento del organismo. Procure bajar de peso de manera saludable, las dietas en algunas ocasiones producen desequilibrios en el organismo y daños a nuestra salud.

Corresponde a cada uno de nosotros, informarnos adecuadamente sobre el sobrepeso y la obesidad, nuestro grado preciso y riesgos, así como desarrollar los mejores comportamientos saludables para nuestro estilo de vida. Seamos responsables con nuestra salud y la de nuestra familia. Revisemos nuestro IMC y si sufrimos del padecimiento acudamos al médico o a la clínica del sector salud que corresponda.

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