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jueves, 16 de octubre de 2014

ANTICOAGULANTES, EVIDENCIA, EFICACIA Y SEGURIDAD

DR. BARTOLOMÉ BELTRÁN | ACTUALIZADO 14.10.2014 - 10:53

Lo he podido aprender en Bilbao durante el Foro de Debate Político-Sanitario 'Nuevos anticoagulantes orales: en busca de la equidad para los pacientes en el Sistema Nacional de Salud'.

Allí estuvieron presentes José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen); José Ramón González Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología; Jesús Aguirre Muñoz, portavoz de Sanidad del PP en el Senado; Jon Iñaki Betolaza San Miguel, director de Farmacia del Departamento de Salud del Gobierno Vasco; y Juan García-Mendoza Raso, paciente anticoagulado.

Aprendí que la incorporación de los nuevos anticoagulantes orales al arsenal terapéutico ha permitido contar con un recurso más para controlar mejor las consecuencias de la fibrilación auricular y, por consiguiente, disminuir el riesgo de ictus de muchos pacientes. Se trata de una gran novedad terapéutica que ha demostrado ser, al menos, tan eficaz como los anticoagulantes clásicos y que aporta mucha mayor seguridad; sin embargo, su uso está muy limitado en nuestro país por causas que no son clínicas. En siete Comunidades Autónomas el médico de Familia no tiene libertad para indicar y prescribir estos nuevos fármacos, dificultando el acceso al tratamiento para los pacientes que lo precisan.

Según se recoge en el Informe de Posicionamiento Terapéutico del Ministerio, los nuevos anticoagulantes orales estarían indicados en la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular, siendo especialmente recomendados en pacientes intolerantes a los fármacos antivitamina K o que no responden adecuadamente a este tratamiento, en aquellos que ya han tenido un ictus y que presentan fibriliación auricular, y en los que tienen un alto riesgo de sufrir una hemorragia intracraneal como es el caso de las personas de edad avanzada o los hipertensos.
 No se trata de prescribir estos anticoagulantes orales a todos los pacientes con fabricación auricular, sino solo a aquellos en los cuales su utilización está indicada y justificada por las guías de práctica clínica.

Cabe destacar que la fibrilación auricular es la arritmia más frecuente y su prevalencia se estima en un 4,4% de la población adulta española. Su importancia radica principalmente en su estrecha relación con el ictus, que es una causa mayor de mortalidad (primera causa en la mujer en nuestro país) y la primera causa de discapacidad, asociada a un coste sanitario y social muy elevado.

Un estudio reciente realizado en Atención Primaria (AP) en España en más de dos mil pacientes con fibrilación auricular ha documentado que más del 80% reciben anticoagulación oral. El estudio concluye que el seguimiento se realiza en AP en el 72 % de los pacientes, si bien hay algunas comunidades que superan el 90%.

Estos datos ponen de manifiesto que la AP tiene un papel primordial en la gestión clínica del paciente anticoagulado y que el nivel de competencia del sistema de AP es más que aceptable. Seguro.


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