Buscar este blog

jueves, 11 de junio de 2015

RECORDATORIOS SOBRE LA FIBRILACIÓN AURICULAR


Los anticoagulantes (Sintrom®)no se administran en todos los pacientes con insuficiencia cardiaca, sino sólo en aquellos que presentan un riesgo elevado de trombosis o embolias por padecer arritmias cardiacas, tener prótesis cardiacas metálicas o por otras causas diversas. Si el paciente toma anticoagulantes debe realizar controles periódicos (control del Sintrom®) para ajustar la dosis. Su efecto secundario más importante es la aparición de hemorragias, en ocasiones graves.
Los coágulos sanguíneos están formados por las plaquetas y por una proteína llamada fibrina. Los anticoagulantes inhiben la formación de la fibrina, y de esta forma impiden la formación del coágulo. El anticoagulante oral más usado en España es el acenocumarol (su nombre comercial es Sintrom®), mientras que es otros países se utiliza la warfarina. Ambos fármacos son semejantes.
El Sintrom se usa principalmente en los pacientes que tienen una arritmia llamada fibrilación auricular, ya que a consecuencia de la arritmia se pueden formar coágulos dentro del corazón. También es necesario su uso en los pacientes con prótesis valvulares metálicas, para evitar la formación de coágulos en la prótesis. Cuando se forman trombos en las venas de las piernas (trombosis venosa profunda) también se utilizan los anticoagulantes para intentar disolverlos, y prevenir que se suelten (émbolos) y viajen hasta los pulmones produciendo un infarto pulmonar (embolia pulmonar).

El Sintrom tiene el inconveniente de que no se puede dar en una dosis fija, sino que hay que realizar analíticas con cierta frecuencia para conocer cómo de anticoagulada está la sangre. El control del Sintrom se hace mediante un parámetro en la analítica llamado INR. Si la dosis de Sintrom que está tomando el paciente es insuficiente, la sangre tendrá una coagulación normal (INR bajo), como si no estuviese tomando el fármaco, por lo que habrá que subir la dosis. Si la dosis es excesiva (INR alto), la sangre estará muy anticoagulada y habrá riesgo de que se produzcan hemorragias.
Cuando un paciente toma Sintrom debe poner en conocimiento del médico el resto de la medicación que recibe, pues el control de este anticoagulante puede verse afectado por la toma concomitante de una gran diversidad de fármacos. Incluso la dieta, el alcohol o productos de herbolario pueden alterar su control. Si un paciente está tomando Sintrom, debe ponerlo en conocimiento de todos los profesionales sanitarios de los que reciba asistencia (médico, enfermera, farmacéutico, dentista, etc.). Si se debe interrumpir temporalmente el Sintrom por algún motivo, la sangre no recupera su coagulación normal hasta pasados dos o tres días desde la suspensión de su toma.
La heparina sódica también es un anticoagulante, pero se administra por vía intravenosa, por lo que se usa principalmente en los hospitales. Tiene la ventaja de que, si se debe suspender, su efecto desaparece en unas pocas horas. Hay un tipo de heparina (heparina de bajo peso molecular) que se administra una o dos veces al día de forma subcutánea, debajo de la piel, mediante una jeringa precargada que contiene el fármaco. De esta forma, el paciente se puede poner la medicación en su domicilio o en el centro de salud.

El efecto secundario más importante de los anticoagulantes es la aparición de hemorragias, en ocasiones graves. Si la deposición tiene un color negro, como el carbón, puede indicar la presencia de sangre. No obstante, lo más frecuente son pequeñas hemorragias (por la nariz, las encías o en la orina), que deben ponerse en conocimiento del médico.
Fuente: 
http://www.insuficiencia-cardiaca.com/farmacos-sintrom-insuficiencia-cardiaca.html
OBSERVACIÓN: La información ofrecida ha sido obtenida mediante un sistema de búsqueda en Internet. Su titularidad corresponde a la Web de origen salvo lo dispuesto en la misma. Cualquier, comentario, duda, aclaración o errata que observe le rogamos nos lo comunique a través de sosictus@gmail.com. Gracias











Testimonio: ANGEL FDEZ M. Madrid
"En 1995 sufrí una fabricación auricular fruto del stress y los hábitos alimentarios descontrolados, además de la adicción al tabaco.
Tras pasar dos días en la UCI del Hospital madrileño de Puerta Hierro, los doctores que me atendieron me dijeron que "la vida merece vivirla siempre racionalizando los problemas y priorizando las soluciones".  En aquella época no existían las Unidades de Ictus y fueron los cardiólogos los que me avisaron que había estado en las puertas de haber sufrido una trombosis y que tuve mucha suerte al dirigirme rápidamente al hospital tras reconocer unos síntomas que indicaban que el corazón no funcionaba bien. (Taquicardia incontrolada, sudoración excesiva, etc.)
Recuerdo que la cardióloga que me atendió me dijo que "lo más importante es vivir y que había que cambiar de actitud y de hábitos". Esto supuso dejar el tabaco, poner distancia a los problemas, seguir a rajatabla los consejos de los médicos especialistas y aceptar que había estado muy cerca de una situación irreversible. Luego llegó la medicación; El Sintrom y sus controles periódicos etc. Fueron decisiones drásticas que hubo que tomar pero que facilitaron una recuperación en el tiempo.
Desde el blog insistiremos en la importancia de la prevención y, respecto a la fibrilación auricular, es necesario recordar que multiplica por cinco el riesgo de ictus. En España hay centenares de miles de personas que padecen fibrilación auricular, la arritmia cardíaca más común. Aunque es bastante desconocida por la población general, una de cada cuatro personas mayores de 40 años es susceptible de sufrirla en algún momento de su vida. Las personas que la padecen deben tener especial cuidado porque la fibrilación auricular multiplica por cinco el riesgo de padecer un ictus. Para ellos, el control de la coagulación en sangre es fundamental. El control, esencial para prevenir Quienes han padecido un ictus o tienen riesgo de padecerlo debido a otras enfermedades, saben muy bien lo importante que es tener siempre controlado el nivel de coagulación en sangre. El factor que determina si este nivel es el adecuado es el INR que, con la ayuda de terapias anticoagulantes, debe situarse dentro un rango concreto. El objetivo, evitar posibles hemorragias o trombos. Por ello, es fundamental estar controlado de forma que se consiga prevenir el ictus.

No hay comentarios: