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domingo, 10 de mayo de 2015

ICTUS, NO CONOCEMOS BIEN LOS SIGNOS DE ALARMA Y CÓMO ACTUAR.

Doctos Jose María Ramirez Moreno
Recientemente se han comunicado los resultados de un “estudio sobre el grado de conocimiento acerca del Ictus que  tiene la población general de Extremadura”, realizado por un grupo de investigadores que han sido liderados por el neurólogo del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, Dr. José María Ramírez Moreno, quien nos explica las principales características y conclusiones del estudio.
Como neurólogo responsable del Área de Ictus del Hospital Infanta Cristina ¿qué le ha llevado a realizar este estudio?
José María Ramírez Moreno.- Evitar retrasos de la llegada de los pacientes con un ictus es el objetivo principal de la fase prehospitalaria de la atención a esta enfermedad en la fase aguda. De ello depende que podamos proporcionar las mejores opciones de tratamiento. Aunque los datos epidemiológicos demuestran que los tiempos de llegada a los hospitales han ido mejorando, estudios recientes han proporcionado pruebas de que el retraso en la llegada continua afectando a los pacientes con ictus, y muchos de ellos pierden la oportunidad de recibir un tratamiento eficaz y así sobrevivir con menos secuelas.
Los retrasos en la atención al ictus agudo se han identificado a diferentes niveles, pero una de la razones principales son la falta de conocimiento de los síntomas, la negativa a reconocer la enfermedad, y la esperanza de que los síntomas puedan resolverse espontáneamente.  No disponemos en nuestra comunidad autónoma de ningún estudio que informe del grado de conocimiento que los ciudadanos tienen sobre una patología grave y con altas tasas de mortalidad como es la patología cerebrovascular. Esta información es necesaria para el diseño de planes de salud específicos, y guiar las necesidades de educación sanitaria en esta materia. Esta ha sido la principal motivación para dirigir este estudio.
¿Cuál es la importancia del ictus en Extremadura?¿ Cómo nos encontramos respecto al resto de España?
JMRM.- El ictus es una de las principales causas de mortalidad junto a la cardiopatía isquémica y el cáncer. Es la primera causa de hospitalización neurológica y una de las que más gasto sanitario consume, tanto en fase aguda como en la fase crónica, fruto de su prevalencia, de la discapacidad, trastornos cognitivos, conductuales y neuropsicológicos que produce en el adulto. A esto debe añadirse el coste indirecto de la enfermedad en cuanto a pérdida de capacidad laboral del paciente o de sus cuidadores, adecuación domiciliaria, gastos de farmacia, etc.

Según datos oficiales la tasa de altas de hospitalización por ictus por 1.000 habitantes en Extremadura en los últimos años ha estado en torno a los 2.30 casos, por encima de la media nacional situada en 1.8. Y la tasa estandarizada de mortalidad general por ictus también está seis puntos por encima de la media nacional, unos 45 casos por 100000 habitantes y año.
¿Cuál es el grado de conocimiento del  ictus  en la población extremeña?
JMRM.- Para responder a esta pregunta hicimos un estudio transversal, realizando entrevistas a una muestra representativa de nuestra sociedad. Los sujetos fueron seleccionados por un sistema de asignación al azar doble y se administró un cuestionario estructurado con preguntas abiertas y cerradas mediante entrevistas cara a cara. Se invitó a participar a 3342 sujetos, de 42 municipios de Extremadura. Finalmente se consideraron válidas las encuestas de  2411 sujetos. El 99,5% de los encuestados eran de nacionalidad española y  el resto de diferentes nacionalidades, pero todos residentes en Extremadura. La mujeres encuestadas supusieron el 59,8% . La edad media de los participantes fue de 49 años .  El 26%  de los entrevistados vivían en el medio rural.
Definimos el “conocimiento adecuado” del ictus como aquel que afirmaba que sabía que era un ictus, mencionara correctamente al menos un síntoma de la enfermedad, mencionara al menos un factor de riesgo vascular, hábito o estilo de vida de riesgo y su reacción potencial ante la enfermedad fuera correcta. En base a esta definición solo un 39.7% de los encuestados tendría un conocimiento básico del ictus idóneo.
En la población general ¿cómo podemos calificar el nivel de conocimientos sobre el ictus y  los signos de alarma?
JMRM.- Hay cinco o seis síntomas de alarma que la población debería reconocer con facilidad, como indicativos de poder estar sufriendo un ictus, estos serían: cambio repentino en el lenguaje, pérdida visual, parálisis o debilidad en una parte del cuerpo, mareo intenso, pérdida de sensibilidad u entumecimiento en una parte del cuerpo y cefalea muy intensa.

El 26.5% de los encuestados no tenía conocimiento de ningún signo o síntoma de alarma de ictus. Y el 73.5%  nombró al menos uno correctamente. La media de signos o síntomas de alarma correctos mencionados por los encuestados fue inferior a dos.
De los síntomas de alerta del ictus, ¿cuál es el más identificado por los extremeños y si se corresponde con el más adecuado?
JMRM.- Si, el síntoma mencionado con mas frecuencia fue la pérdida de fuerza (31,0%), seguido de mareo y trastornos del equilibrio (30,7%) y la cefalea (30,4%). Pero hay síntomas muy importantes como la alteración del habla o del lenguaje o la pérdida de visión brusca que fueron enumerados por pocos sujetos (en torno al 10% de los entrevistados).
Existe una conocida relación entre la enfermedad vascular y los distintos factores de riesgo clásicos (hipertensión, diabetes, colesterol elevado, edad, tabaco, alcohol,…) y socioeconómicos (nivel de estudios, nivel de renta, situación laboral,…) , ¿cómo contribuye cada uno  sobre el conocimiento del ictus, y si en su estudio se ha encontrado alguna relación de interés?
Es una pregunta complicada y difícil de explicar con pocas palabras, pero en general nuestros resultados demuestran que la población de Extremadura con alto riesgo de sufrir un evento cerebrovascular (es decir, aquellos con factores de riesgo, mayor edad o haber presentado la enfermedad)  no tiene un mejor conocimiento del ictus ni una mejor respuesta ante los síntomas de la enfermedad. Y si nos centramos en la repercusión que los factores socio-demográficos tienen en el conocimiento de la enfermedad cerebrovascular, demostramos que el nivel de conocimiento es mayor según aumenta el nivel de educación, ingresos autodeclarados y nivel de salud, incluso tras ajustar por factores como la edad, el sexo o el área de residencia. También encontramos un mejor nivel de conocimiento según la zona de residencia y en los sujetos menores de 65 años. Nuestro trabajo demuestra con claridad que el conocimiento general del ictus es peor entre las clases más desfavorecidas socialmente, donde el ictus suele incidir con mayor crudeza. Está demostrado que las personas con más formación y mayor nivel de ingresos tienden a buscar atención médica más rápido cuando se enfrentan a los síntomas de un ictus. También hay estudios que sostienen que la desigualdad social, fundamentalmente en términos económicos y educativos, conlleva asociados unos factores psicosociales que potencian o exacerban los factores de riesgo vascular y , por tanto, el riesgo de eventos vasculares. Por ello, podemos considerar al nivel socioeconómico como  un factor que condiciona tanto el comportamiento individual ante la salud como las condiciones de salud de la población.
¿Cómo considera que el comportamiento de los extremeños ante un Ictus?
JMRM.- Preguntamos en nuestro cuestionario de forma abierta por la actitud hipotética tomada, ante la posibilidad de presentar un ictus (¿qué haría usted ante esos síntomas compatibles con un ictus o infarto cerebral?). El 20.0% de los encuestados no tendría una actitud idónea ante la sospecha de presentar un ictus o presenciarlo en un familiar. La actitud hipotética que se tendría ante un accidente isquémico transitorio, es sustancialmente peor, ya que el 58.6% de los encuestados no lo consideraría de la suficiente gravedad para acudir inmediatamente a un hospital o avisar al 112. Estos datos son preocupantes, y tal y como defienden otros autores la razón más común del retraso en la atención al ictus de la fase prehospitalaria es que no se reconozcan los síntomas como propios del ictus, y los ciudadanos no sepan darse cuenta de la urgencia, esperando en muchos casos a que se resuelvan espontáneamente; limitando la solicitud de ayuda o que cuando llegue sea tarde.
Qué mensajes podemos dar a la población  de cara a la prevención del ictus y de cómo actuar  rápidamente cuando se presenta?
JMRM.- La disponibilidad de terapias específicas altamente eficaces para el tratamiento del ictus, pero con un margen riesgo/beneficio estrecho, hace necesario desarrollar  un sistema de organización asistencial y dotación de los centros hospitalarios capacitados para atender pacientes con ictus. Pero es preciso que el paciente llegue lo antes posible y sin demora al centro hospitalario.
El conocimiento básico del ictus es insuficiente en la población general de Extremadura, existiendo una discrepancia entre el conocimiento teórico y la percepción de gravedad de la enfermedad. Según mi criterio, serían los profesionales sanitarios los que deberíamos implementar acciones educativas dirigidas a las personas con mayor riesgo vascular, bien en nuestras consultas o con actividades formativas al margen. En ellas es preciso insistir no solo en la importancia del reconocimiento de los síntomas y de la acción a tomar en caso de presentarlos o presenciarlos en una persona cercana; si no también en la importancia de adoptar medidas de prevención primaria y secundaria adecuadas.
El conocimiento del ictus y la acción a tomar frente a la enfermedad pueden ser mejorados con campañas de sensibilización. La eficacia de estas campañas, se podrían potenciar utilizando los medios de comunicación adecuados, dando mensajes sencillos y adaptados a la realidad social de la población. Es de suma importancia asegurar que las campañas incluyan que una respuesta rápida ante los síntomas de alarma es esencial para reducir la muerte y discapacidad del ictus. Esta tarea es responsabilidad de la Administración sanitaria y del Gobierno de nuestra Comunidad.

Doctor Francisco Carlos Carramiñana
SOBRE EL AUTOR
Francisco Carlos Carramiñana Barrera, desarrolla su trabajo como médico de familia en el Centro de Salud de San Roque de Badajoz, colabora en publicaciones de la Redgdps y Semergen . En este blog explicará cómo es de fácil cuidarse, y que podemos mejorar nuestra salud y calidad de vida con un sencillo cambio de hábitos, siendo positivos, y con un poco de humor….siempre que estemos dispuestos a ello.
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