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viernes, 5 de septiembre de 2014

COSPEDAL DA UNA AYUDA DE 0 EUROS A UN NIÑO CON GRADO III DE DISCAPACIDAD

LE RETIRAN A LA MADRE LA PRESTACIÓN QUE LE CONCEDIERON EN EXTREMADURA

Mercedes Camacho
Ciudad Real


“Te ofrecemos una ayuda de 0 euros que, o aceptas, o te cerramos el expediente de dependencia abierto a tu hijo de 7 años. Eso es lo que me ha ofrecido la Junta de Castilla-La Mancha, que me ha retirado la prestación que me concedieron en Extremadura por la dedicación exclusiva a mi hijo”. 

Quien cuenta así esta dura historia es Sarah Backes, una joven con dos hijos, uno de 8 meses y otro de 7, que desde que se mudó a vivir a Fuente El Fresno con su abuela no ha visto otra cosa que puertas que se cierran para su familia. 

Según explicó la madre a Lanza, Christian fue diagnosticado con tres años y medio, cuando aún vivían en Extremadura, de un Trastorno del Espectro Autista (TEA), por lo que tras numerosos estudios lo consideraron como un dependiente de Grado III nivel 1, lo que llevó al Gobierno extremeño a reconocer que debía ser beneficiaria de una ayuda por el cuidado que precisaba su hijo las 24 horas del día, y que le concedieron finalmente en noviembre de 2012.

Sin embargo, su calvario empezó cuando se mudó a Castilla-La Mancha, concretamente al municipio ciudarrealeño de Fuente El Fresno.

En ese momento, a Christian se le sometió a nuevas revisiones que provocaron un incremento en su grado de minusvalía del 49 al 54%, “por lo que el técnico nos dijo que seguramente le concederían el Grado III, ya que con la nueva legislación el nivel había desaparecido”.

La sorpresa para Sarah llegó con la carta que le remiten desde la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales en la que le retiran la ayuda por cuidado del menor gran dependiente y se le concede una vinculada al servicio, es decir, para comprar medicamentos, pañales o cualquier otra cosa necesaria para el cuidado del niño que luego ha de justificar hasta el máximo por el que se concede esa ayuda.

“Sin embargo, como si de una broma se tratara, porque aún no doy crédito, el importe máximo que debo justificar es de 0 euros. Han dejado a mi hijo sin ningún tipo de ayuda pese a que necesita atención las 24 horas y, además, me dijeron que o aceptaba la resolución o se cerraba su expediente de dependencia, con lo que eso supondría de tener que abrir otro y volver a pasar por meses y años para realizar nuevos informes”.

Backes, que presentó un escrito en la Junta nada más recibir la comunicación y no ha recibido ninguna respuesta tres meses después, vive en la actualidad con su abuela, discapacitada física y con una pensión de 598 euros, de las que sólo 100 se van en comprar la alimentación del bebé.

Sarah Backes no puede trabajar porque necesita cuidar al pequeño todo el día, no lo puede dejar con su abuela. “Yo estoy deseando trabajar, y estaría encantada si me mandaran a alguien que lo cuidara mientras yo lo hago, porque así no se puede vivir. Mi pareja, incluso, se ha tenido que ir a vivir a casa de sus padres porque no podemos comer todos con la pensión”.

Sarah recuerda que no están pidiendo ninguna “limosna” sino lo que le corresponde a su hijo y lo que tiene reconocido por ley. “Pero parece que la gente que no aportamos nada al Estado, porque estamos en paro, no les servimos”, asegura esta mujer que ha visto cómo se le cerraban otras puertas como la de acceder a algún plan de empleo del Ayuntamiento porque no lleva todavía un año empadronada, pese a la crítica situación que vive su familia.
Vigilancia constante
Christian, considerado como gran dependiente por el Gobierno de Cospedal, tiene que seguir en la actualidad una dieta especial y equilibrada porque es un niño que pesa 50 kilos. 

Además, no puede comer solo y hay que vigilarle atentamente durante las comidas porque tiene las amígdalas más gruesas de lo normal y puede atragantarse e incluso ahogarse; y no sabe vestirse ni ir al baño. “Tenemos tres informes realizados por numerosos especialistas, algunos muy exhaustivos de más de 100 páginas, que revelan que mi hijo tiene la movilidad de un niño de tres años, por lo que, por ejemplo, no puede subir ni bajar las escaleras solo”, explica la madre.

Y en el aspecto de desarrollo mental y emocional, los informes revelan que el pequeño tiene una consciencia de un niño de 26 meses, “de forma que no puedes dejarle, por ejemplo, que se acerque a una ventana o sin ir de la mano por la calle porque no es consciente del peligro de caerse o de cruzar y que venga un coche”.

Esta situación hace que Christian necesite vigilancia las 24 horas del día, una vigilancia y cuidado que desde hace 4 años le dispensa su madre noche y día.

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