Escrito por Jose Segura.
Cuando el anterior gobierno socialista promovió la Ley de la
Dependencia, se abrieron grandes esperanzas para los enfermos dependientes y
sus forzados cuidadores, que vieron reconocidos sus derechos de ayuda a la
supervivencia.
Pero llegó la crisis y
también el gobierno del Partido Popular. Y con ellos los recortes, generalmente
injustos y con unas consecuencias mal repartidas en las que, como siempre,
salieron perdiendo los más débiles y los más pobres. Por eso, la dependencia es
nuestra causa de esta semana.
De aquella Ley de Dependencia –que se promulgó erróneamente sin un desarrollo complementario suficiente que dejara claras las dotaciones presupuestarias y cuya ejecución se transfirió a las comunidades autónomas- queda hoy bien poco. Sobre todo en las autonomías en las que gobierna el PP, en muchas de las cuáles se está sufriendo el abandono de las personas dependientes, al igual que se observan toda serie de triquiñuelas legalistas como la rebaja injustificada de los grados de dependencia de muchos enfermos crónicos o el retraso injustificado en la tramitación de expedientes, la negación de muchos de estos o los retrasos en los pagos. Al igualque las reducciones de las ayudas, por ejemplo.
Una sociedad que no cuida de sus ciudadanos dependientes y de sus familiares cuidadores –que se quedan incapacitados para dedicarse a otra actividad que les reporte algún ingreso- es una colectividad también enferma, de insolidaridad, de autoengaño, de prepotencia y, por qué no decirlo, del fabrista “Que se jodan”.
Así que a los dependientes de Alicante, Castellón y Valencia, cada vez más abandonados por nuestro gobierno autonómico, solo les queda la lucha por sus derechos y por su vida. Una lucha de la que, por ahora, salen perdiendo y con la que solo consiguen respuestas de caridad, no de derecho.
Debemos pues hacernos eco de esta dura e injusta realidad, colaborando con nuestra protesta y sumándonos a las reivindicaciones de la Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia en Valencia, cuyas noticias, reclamaciones, consejos, convocatorias y otros asuntos se pueden encontrar www.dependenciavalencia.blogspot.com.es
De aquella Ley de Dependencia –que se promulgó erróneamente sin un desarrollo complementario suficiente que dejara claras las dotaciones presupuestarias y cuya ejecución se transfirió a las comunidades autónomas- queda hoy bien poco. Sobre todo en las autonomías en las que gobierna el PP, en muchas de las cuáles se está sufriendo el abandono de las personas dependientes, al igual que se observan toda serie de triquiñuelas legalistas como la rebaja injustificada de los grados de dependencia de muchos enfermos crónicos o el retraso injustificado en la tramitación de expedientes, la negación de muchos de estos o los retrasos en los pagos. Al igualque las reducciones de las ayudas, por ejemplo.
Una sociedad que no cuida de sus ciudadanos dependientes y de sus familiares cuidadores –que se quedan incapacitados para dedicarse a otra actividad que les reporte algún ingreso- es una colectividad también enferma, de insolidaridad, de autoengaño, de prepotencia y, por qué no decirlo, del fabrista “Que se jodan”.
Así que a los dependientes de Alicante, Castellón y Valencia, cada vez más abandonados por nuestro gobierno autonómico, solo les queda la lucha por sus derechos y por su vida. Una lucha de la que, por ahora, salen perdiendo y con la que solo consiguen respuestas de caridad, no de derecho.
Debemos pues hacernos eco de esta dura e injusta realidad, colaborando con nuestra protesta y sumándonos a las reivindicaciones de la Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia en Valencia, cuyas noticias, reclamaciones, consejos, convocatorias y otros asuntos se pueden encontrar www.dependenciavalencia.blogspot.com.es
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