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miércoles, 24 de diciembre de 2014

TRAS EL ICTUS, REHABILITACION, REHABILITACION Y REHABILITACION

Opinión
Los pacientes reclaman una continuidad en el tratamiento tras sufrir un ictus.

Basta con observar la realidad social española para percatarse rápidamente del déficit en la prestación de servicios esenciales para las personas afectadas por ictus en nuestro país. Una enfermedad que ha atacado a todo tipo de personas y condición social; Hombres y mujeres famosos, periodistas, actores, ex ministros y profesionales de cualquier sector, además de miles de ciudadanos anónimos  se han visto y se ven afectados por ictus.
Pero ¿qué ocurre cuando el paciente abandona el hospital? De pronto tiene que aprender a volver a hablar, o a caminar, o a procesar todos sus pensamientos.


Son muy pocos los lugares públicos donde adaptarse a los déficit que provoca un ictus. Por eso con más frecuencia surgen iniciativas privadas que invierten en la creación de centros de rehabilitación integral y que cuentan con equipos multidisciplinares para atender adecuadamente a las pacientes de ictus y sus secuelas; Neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, entrenadores personales y fisioterapeutas son los perfiles más demandados y con menor índice de paro en este tipo de actividad profesional.
Todo el mundo es consciente que lo fundamental es empezar enseguida con la rehabilitación para disminuir las secuelas. En el primer año se pueden recuperar movimientos y el habla. Un tercio de los afectados logra reincorporarse a su puesto de trabajo. Más de la mitad consiguen llevar una vida normal sin apenas ayuda. Un 20% puede quedar dependiente.
Este servicio de rehabilitación imprescindible en cada provincia es una de las demandas más reclamadas por los enfermos con Daño Cerebral Adquirido, especialmente el ictus. ¿Tan complicado es que las Comunidades autónoma dispongan de una partida presupuestaria para adaptar espacios sin rentabilidad social en cada provincia, contratar a profesionales y establecer un precio público asequible a los maltrechos bolsillos de los españoles para que cualquier afectado por ictus pueda acceder a una rehabilitación pública y de calidad?.
Por qué hay que dejar en manos de la iniciativa privada esta parte tan fundamental en el tratamiento del ictus, generando a su vez frustración y rabia entre quienes no tiene capacidad económica para acometer su rehabilitación. Una discriminación injusta que envía a miles de personas a las catacumbas de la sociedad, en muchos casos haciéndoles invisibles al no poder salir de casa, o provocando graves daños psicológicos generalmente irreversibles al comprobar que no han tenido posibilidad de acceder a un servicio de rehabilitación eficaz por no disponer de los medios económicos requeridos.
Quienes ´solo miran por el “cumplimiento del objetivo de déficit” deberían verse despojados económicamente y tener la desgracia de sufrir un ictus en las condiciones económicas actuales, entonces comprenderían estas palabras.

JL

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